Jonathan Franzen es un escritor sumamente caballeroso. Ignoro si alguien puede haberlo descrito antes en estos términos. Consciente de que sus libros son largos y no hay lugar para el relleno, admite la posibilidad, siempre que no medien plazos agobiantes (como me pasó en Las correcciones) de alternar su lectura con otras. Eso hice con El tiempo es un canalla y eso haré con algún otro libro que no creo que tarde en elegir. No porque agote, ni porque, pasados momentos intensos de relación, se necesite salir a respirar. No sé el motivo, pero Libertad no es un libro de Ken Follett, que se devora, hoja tras hoja, de una manera compulsiva por la curiosidad, mérito que hay que reconocer a Follett, de saber que hay detrás de cada acción. Podría emplear símiles menos deteriorados por el uso, lo sé, pero perdonad: debo usar la imagen que más asocio a esta situación. Dispones una botella de un excelente whisky que debería durarte una temporada. Te gusta muchísimo, pero comprendes que, a tres vasos la noche, no te durará apenas, y nunca sabes si la siguiente va a ser tan buena. Así que decides dosificarla y administrarle un justo disfrute. Un vaso cada noche, y que ese ritmo idóneo te lleve a su natural final. Pero mientras, puedes beber agua o coca cola o cerveza, sin que ello en ningún momento entorpezca o enturbie el sublime placer que te espera cada noche.
O sea: 6Q, te comprendo en ese aferrarse al libro que gusta. Ese apretar con los dedos la pila de páginas que aún quedan por delante, que en mi caso aún son cerca de 450, y no verlo, como a veces, reconozcamos, nos pasa, como una tarea inabarcable: más bien como un excitante reto.
Ay Francesc, creo que ya lo pregunté una vez pero no recuerdo, qué es GQ?
ResponElimina6Q. Pronunciado en catalán Sis-Cu. O sea, Ciscu. O sea, diminutivo de Franciscu. O sea, como se autodenomina Francesc Artola, amigo de la más tierna infancia, que tiene un blog:
Eliminawww.closetoyou-6q.blogspot.com
del que dice que tengo algo de culpa. Diría alardea, pero suena inmodesto. Alardeo yo.
Nos pisamos mutuamente las exclusivas. Pero nunca discutimos de fútbol. Algo es algo.
Hoy he estado en Barcelona, Cornellà, Sant Feliu, Vendrell, Tarragona y Vilafranca visitando. Acabo de llegar a casa. Cuando termino con un cliente y vuelvo al coche, tomo una mini dosis de Libertad. Dosis triple a la hora de la comida. Sigo todavía en la autobiografía de Patty. Y es que no pienso correr. Quiero que esto dure. Estoy disfrutando de lo lindo. Correr. Dure. Disfrutar. Juro que fue sin intención.
ResponEliminaSupongo que tengo la edad adecuada para esta novela.
Cadualidad gorda. La última canción que he escuchado en el coche ha sido Orfeo negro. En una versión igual de estupenda que la que colgaste.
6Q
Te han silbado las orejas?? Por aquí te he promocionado un poquito.
EliminaLa versión de Manha de Carnaval es de un virtuoso guitarrista brasileiro llamado Baden Powell que, para variar, murió hace unos años. No acierto uno, chico.
Y sobre Franzen, cualquier comentario está de más. Sorbo a sorbo, porque no hay frase que se escape ni párrafo en el que meta relleno el tío. Se le perdonan los largos períodos entre libros si mantiene este nivel, que encuentro inhumano. Es una orgía absoluta. No descubrí nada: las críticas literarias de prestigio en todo el mundo se quitaron el sombrero casi unánimemente.