Hacía bastante tiempo que no compraba una publicación musical en inglés. En inglés y del Reino Unido, cabe aclararlo. Las publicaciones americanas son en su gran mayoría una bazofia inaguantable dedicada a entronizar a los de siempre. Sí: lo digo yo. Salvo alguna época de la canadiense Spin, ya que nadie en su sano juicio puede contar Rolling Stone como una revista musical. La que se publica en España ni os digo. Si creo que han sacado en portada hasta a un bodrio como Alejandro Sanz. Pura melaza comercial que tiene de espíritu contestatario lo mismo que el flequillo de Soraya Saenz de Santamaría. Madre mía. Aunque el papel couché de la revista me resulta más sexy que la portavoz del gobierno, por cierto. ¿Por qué siempre me ha apetecido tener una papelería?. No. Mirad a esa mujer, por favor. Asusta.
Entonces, asustado también porque estamos a 28 de enero y el número de Go-mag no aparece, cosa que me hace temer que la publicación vaya a desaparecer o restrinja sus contenidos a la web (algo desorganizada, aunque en el fondo algo es algo), manoseo en el kiosco, y me vuelvo a casa con The Wire, la revista. Número especial de resumen del 2011. La compraba mensualmente allá por los 90. Creí erróneamente que algún día todos los números que coleccionaba serían un preciado tesoro que las mafias planearían arrebatarme (también lo he pensado de mis colecciones de vinilo, de CDs y de DVDs, por favor, a reír a otro lado). Pero obviamente no. Dejé de comprarla sobre el 2004 o así, cuando ni el CD que la acompañaba cada tres o cuatro números era suficiente reclamo.
Ocurre que The Wire, en estos años, se ha radicalizado. Como una huida hacia adelante buscando captar público a base de ser cada vez más minoritarios. Si en los 90s/00s (la década sin nombre... los dosmiles ??) ya proclamaban como discos del año a auténticas rarezas o a discos generalmente incomprendidos de artistas no completamente desconocidos, pues ahora ya se han tirado a tumba abierta a nadar contra corriente. De los 50 discos que consideran sus discos del 2011 apenas conozco a doce o quince artistas. La colaboración entre Lou Reed y Metallica, casi unánimente considerada un disco carente de ningún sentido, es para ellos el noveno mejor disco del año. Al menos no han metido el espantoso disco de Björk, el cual, tras meses de darle oportunidades, no presenta atisbo alguno de melodía. Ni una santa línea de bajo. La intención elitista de The Wire es extraordinaria: tres de los ocho mejores discos son publicados por un sello llamado Hippos in Tanks del cual no había oído hablar en mi vida. Podría decir que esto es para mí una auténtica orgía: correré a encargar a la mula esos discos. Espero encontrarlos porque significará que existen y que alguien los compró y los ripeó (como debe llamarse eso en argentino??) y los puso ahí. Lo de que existan sé muy bien por qué lo digo, pero antes de profundizar en el tema debo hablar con mi abogado. The Wire, la revista, de la cual debo aclarar que no tiene nada que ver con esa serie (parón obligado: negrita activada ; esa serie de la cual no dejan de salir menciones por todas partes y que, subrayado, nadie debería perderse bajo ningún concepto) pues bien, The Wire ya se rigen por el concepto extremo de ni sueñes con encontrar estos discos en la red, porque a duras penas existirán en alguna tienda hiperespecializada en rarezas, de la cual te alegrarás de salir habiendo pagado más por un disco que por suscribirte cinco años a Orsai. Iba a ponerlo sin espacios entre palabras, pero no me atrevo. los alemanes usarían una sola palabra para definir esa sensación. Empezaría aquí para acabar________________________________________________aquí. En fín, fanático de la música como soy, os diré en unos días qué me han parecido los discos que sea capaz de encontrar de entre esos 50. Os diré si, a fuerza de ser raros, los de The Wire ya han acabado sitúandose en otro planeta que no el que otros transitamos. Otros que ya nos creíamos raros, por cierto. Si no estuviera seguro que, como buenos ingleses, no saben una palabra de castellano, les diría que visiten la web de Orsai para ver un poco como es eso de la buena cultura asequible.
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