Mercedes Milá (dudo hacia donde poner el acento: es un apellido catalán pero su nombre se mantiene en un rotundo y aburguesado español) es una periodista barcelonesa con una prolongada carrera en TV. Carrera que yo asocio a un característico peinado, con unas ondas en el flequillo, que llevaba por los años 80, con una pose algo hierática ante la cámara, como en una exhibición del comedimiento propio de educación en escuelas caras de la parte alta de Barcelona, y a una algo pudorosa inhibición del atractivo sexual propio de la lozanía de la veintena-treintena (que fue cuando empezó a ser un personaje popular).
O sea: Mercedes Milà (pongo el acento abierto, ahora sí, para compensar y aportar cierta medida de avance del tiempo) era una periodista con una carrera intachable, seria, lo que uno diría con un tono algo trascendente, contrastada. Para que me entendáis los que no habéis visto TV en España sobre los 80-90. Acorralaba al entrevistado, lo ofuscaba y lo turbaba hasta hacerle bordear la incomodidad. Cuando parecía ir a cruzar la barrera de la intimidación física, de esa pregunta inquisidora que pone a todos al borde del llanto y del reconocimiento de la culpa, echaba el cuerpo hacia atrás, lanzaba una mirada de reojo a la cámara y, magnánima, dejaba a su presa lamerse las heridas y sollozar arrepentida. Esa clase de periodista era: mujer y feminista, firme y decidida.
Cuando hace diez años empezó a presentar Gran Hermano poca gente creyó que fuese la persona idónea para hacerlo.
Aprovecharé esta pausa dramática, nada casual sino calculadamente planificada por el narrador para manifestar la importancia de mi siguiente afirmación: Gran Hermano me parece la bazofia más escandalosa concebida para emitirse en TV.
Lo cual seguramente tiene un mérito importante. Nadie puede ser tan eficiente y tan tenaz en crear algo tan malvado. Me extenderé, aunque sea para demostrar que hablo con conocimiento de causa. Gran Hermano, en España, y supongo que en los países donde ha obtenido niveles de éxito tan elevados y tan constantes (van 13 ediciones), ha sido una máquina de suministrar contenidos a la cadena que lo ha emitido. No sólo eso; no sólo canales temáticos y revistas y análisis sesudos por todas las capas de la comunidad intelectual (del frívolo analista de telebasura al rígido crítico rayano con el doctorado en sociología). También auténticos patanes (ignoro si hay un femenino para patanes, pero sí, también ellas) que se han dedicado a vender sus aburridas existencias como si fueran meta-experiencias por TV, a hacerse los interesantes o, directamente, a prolongar los tres meses de exposición pública de vergüenzas hasta abarcar toda su existencia. Por extensión, o por méritos, o por política de medio, a pensar que a alguien le interesan sus opiniones sobre otras cosas, y a expresarlas. Muchos de sus participantes han permanecido en el anonimato del que algunos se arrepintieron de salir, otros han arrastrado, exprimiendo la ubre de una popularidad menguante, a presentar concursos de ínfima categoría en canales con menos audiencia que este blog, o a acudir a inauguraciones de disco-bares de barrio que duraron lo justo para abonarles el caché por su presencia, pero unos cuantos se han aferrado a esa teta y no la sueltan, ni lo harán por su voluntad, jamás.
Entonces qué queréis que yo piense de un programa así: de un programa que eleva a personajes públicos a tipos que, en otro caso, no hubiesen franqueado la barrera de ser el locuaz, o el chistoso, o la graciosilla o la enterada del grupo de amigos que se reúne en el bar los sábados, para ver el partido.
Lástima, mi opinión no va más allá de esta pantalla en la que escribo. Seguramente.
Mercedes Milà tiene procedencia aristócrata y se declara liberal (no ultraliberal: habla claramente de cuestiones carnales), y le dice a una audiencia de ocho cifras que se mea en la ducha.
Pero va y se deja fotografiar jaleando a José Tomás, hace algunos años, en la plaza de toros Monumental en Barcelona (y cerquita, Serrat y Sabina: ojo al dato). Lo cual es una incoherencia, al menos para mí. Que soy furibundamente antitaurino.
Para mí, a quien los personajes incoherentes me despiertan cierta curiosidad. Jugadores del Madrid que se declaran forofos de Mad Men, por ejemplo.
Ahora Mercedes Milà está divulgando que ha emprendido, con algunos de los pingües beneficios que presentar esta ponzoña le procura, la aventura, junto a otros inversores, de reflotar una librería en Barcelona. Que está a cien metros de la escuela de mis hijos. La han ampliado, jocosamente, ocupando el local que abandonó una sex-shop, la han puesto toda cool y han incorporado un área de cafetería y prensa, y mesas esparcidas donde ignoro, debería probarlo, si uno puede entregarse de manera plácida (y gratuita) a pasar horas leyendo algunos de los libros que venden. Para que se los vendan a otro con salpicaduras del café que te has tomado.
Yo no sé si esto lo hace para compensar la escasa promoción de la cultura que es su programa, que no solo no muestra a nadie leyendo, nunca, sino que impide que mucha gente emplee el tiempo en ello.
Pero hete aquí que la selección de libros es muy buena, con criterio, y el ambiente agradable, si bien un poco decadente: la zona da para que las señoras bien de las inmediaciones acudan a prolongar sus cafés vespertinos mientras sus maridos amasan millones desde los despachos de dirección de las plantas altas de los edificios de oficinas cercanos. La música de ambiente es un horror: standards del jazz más sobreescuchado y música pop actualizada al estilo Nouvelle vague de ínfima categoría.
Yo acudí, hace unos días, con mi Orsai #5 visiblemente bajo el brazo. Cuestión premeditada: una revista literaria de tirada ultralimitada, un paradigma de lo snob; o sea, casi mejor que el más inencontrable de los libros. Casi esperando que el de seguridad me abordarse al salir, para preguntarle con un tono algo ofendido ¿estás seguro de que vendéis esto aquí?.
El día anterior había estado Enrique Vila-Matas presentando su último libro. Por cierto.
En Catalunya, los precios de venta al público de los libros nuevos están rigurosamente controlados. Los libreros apenas pueden aplicar un descuento en ocasiones especiales. Así que es casi irrelevante donde comprar un libro.
Puedes comprar en El Corte Inglés, que está casi al lado, pero que atufa a empresa evolucionada a los auspicios y protección del franquismo más recalcitrante.
Puedes comprar en La Casa del Llibre, de Editorial Planeta, que interviene en el accionariado de cadenas de TV y medios ultraconservadores como Antena 3 o La Razón.
Puedes comprar en el FNAC, del imperio francés LVMH, lujo a espuertas, trabajos de temporada pagando cuatro céntimos como cajeros a estudiantes desesperados por pagar las tasas de matrícula, que Rajoy les ha puesto por las nubes.
O puedes intentar comprar alguna vez allí: hacer algo de amistad con alguno de los dependientes, de manera que acabe dirigiéndose a ti por tu nombre y, con el tiempo, nadie sabe, dios dirá, comprenda que no debe recomendarte, jamás, nada de Isabel Allende.
Llibreria +Bernat: Calle Buenos Aires, 6, Barcelona. Curioso.
Para los libros viejos, a Cercles, claro.
No hay absolutamente nada en la TV que no sea para el espectáculo. Las noticias y su música de fondo, las repeticiones de las imágenes, el orden de los programas, los anunciantes. Ningún periodista puede jactarse de hacer algo más o menos serio en televisión. Es un formato que no permite reflexión ni chequeo de datos. Y es un formato que exige imagen a costa de todo lo demás.
ResponEliminaRespecto a Gran Hermano, no dejo de pensar en el pobre Orwell. La cosa degeneró del autor a la basofia como lo de Einstein hasta la bomba nuclear. Lo malo de GH es que confirma la imbecilidad de millones de personas. De votantes... ay, ay.
Hoy fui a FNAC a comprar auriculares, además regresé con tres brolis, "Principiantes" de Raymond Carver, "Niños en el tiempo" de Ian McEwan y "Camino de Los Angeles" de John Fante.
Mañana me doy una vuelta por la calle Buenos Aires
Buen provecho y buenas noches
Mi mujer insistía en que hablase de esta librería, pero me recriminó que la colara en medio de una flamígera soflama contra la telebasura. A veces tienes que quedarte todo el cerdo aunque sólo te interese el rabo.
EliminaTus brolis (ese lunfardo): tres traducidos, y espero que el McEwan sea de sus primeras épocas. Está muy pesado últimamente. Carver y Fante, intachables.
Post devorable, aún cuando no tenía ni idea de lo que estabas hablando. Aprovecho para preguntar, como lo tenemos catalogado a Toni Puig?
ResponEliminaQuien es el Toni Puig éste ??
ResponEliminaHablaba de la presentadora de Gran Hermano en España, una especie de periodista alternativa que abrazó la telebasura.
Ya sé que es un tema un poco local; pero la insistencia de mi mujer, y esta manía mía de hablar de las cosas más dispares.
Se entendió todo clarito, por un momento no sabía como plantarme frente a la señorita Milà. Como tema local tiene mucho de universal, y esa manía tuya es la que hace nos hace venir periódicamente, hoy que hay? En serio no sabes quién es Toni Puig?
EliminaNi la más remota idea. Me suena Antonio Puig, perfumero, pero que no atiende por Toni. Y Felip Puig, conseller de Interior del gobierno autónomo, dedicado a ordenar que zurren bien fuerte a los indignados, básicamente. Pero el tal Toni Puig ni idea. Y por qué no me ha de gustar la música que tú tocas ? Mientras no sea reggaeton o black metal.
EliminaCuando esté terminado el último tema te lo paso y me dices.
EliminaToni Puig, "el hombre que reinventa ciudades"
http://www.tonipuig.com/
Pensé que era conocido, acá todos hablan de él en materia de gestión cultural.
Pues en la vida había oido hablar del tipo éste. Nombre (por el acabado en i) y apellido catalanes. Por lo que veo lo es, pero aquí en Barcelona no parece ser de los más mediáticos. Parece interesante lo que hace. Cuando acabe las 1700 cosas que quiero hacer lo miro.
EliminaEstuve mirando un poquito la página. Solo un poco porque la cantidad de faltas de ortografía que tiene hicieron que me negara a seguir.
EliminaAdemás, sin ofender, me parece medio fantasma.
Ahora no sabía si te referías a la página del Toni Puig que decía Quién o a la de la librería +Bernat !!.
EliminaYo le eché un vistazo pero no en profundidad.
Francesc siento no compartir tus opiniones sobre Mercedes Milà.
ResponEliminaEs ultrafeminista, deslenguada , con una rápidez mental que muchos quisieran.
En cuanto a su programa , ella le da un toque cool. Es ameno, y por cierto inculca el hábito de la lectura. Y aconseja acercarse a la cultura: conciertos, treatros, pintar.....
Que le guten los toros o no...pues allá ella , es respetable.
A mi ni lo toros ni el fútbol. Es mundo de machistas.
Bueno: lo que no me gusta es en lo que se ha convertido ese programa, que es un escaparate de gente cuya vida no me interesa. Desde el primer momento.
EliminaSi tant poc t'agrada ignorala, no li dediquis un post només per a ella, només per criticar-la. Fent això demostres que una mica d'importància li dónes.
ResponEliminaAquesta sèrie es com la pudor a pet: invaeix el meu espai vital.
EliminaBones
ResponEliminaUna llibreria:
http://www.pequodllibres.com/
Relativament a prop del Cercles del nostre amic Gustau.
Salut
La conec !! He passat alguna vegada i fa molt bona pinta.
EliminaEsperava alguna reacció teva al post dels herois nacionals, no està bé que ho digui, però va, abusaré de la confiança !!
Salut.
A mi la mercedes m'agradava bastant però crec que el contacte directe amb gran hermano la està tornant a grans dosis en una dona superficial, només interessada amb el homes yogurins i en el xafardeig d'escala... em fe pena la veritat! petons!
ResponEliminaEn tot cas sembla que no s'empenedeix gaire, sobre tot per la butxaca. Si ho ha de revertir en recolzar la cultura, em fa menys coseta. Però el programa, noia, es un poema.
EliminaGràcies pel seguiment. T'estic intentant preparar una sorpreseta.
Francesc, solo agrego una palabra a tu entreda de hoy: amén.
ResponEliminaGracias, Tago, por leer y comentar.
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