Como todo el mundo sabe a pesar de mi discreción vocacional y militante, tengo dos hijos. Que van a pasarse esta semana, que encuentro un invento bastante absurdo, presentes en casa, de lo que no me quejo, pero absorbiendo atención y tiempo, parte del cual invertiría en el blog, y no lo haré, y de eso sí me quejaré. Pero como muchas cosas en esta vida, es lo que hay.
De la obsesión de los 80 pasamos a la de los 110. Tela la que tenemos en este país con las velocidades. Supongo que queremos tener muy claro lo que podemos correr para poder hacer las cosas a toda prisa en el último momento. Como lo más posible en este preciso instante es que ésta sea la única entrada hasta el lunes 14, renuncio a un mínimo orden y procedo con un atropellado relato de todo lo que me venga en la cabeza. Lo cual no deja de ejemplificar lo que lleva más de ocho meses pasando aquí.
Una prima que, como muchos, o algunos, se pasea por aquí casi de incógnito, me agradece haberle presentado hace años a los Massive Attack. Si hubiese escrito este blog hace unos 18 años, cosa obviamente imposible y sobre la cual no estaría mal una reflexión,
Massive Attack hubiesen resultado muy mencionados. De hecho sus dos primeros discos me acompañarían si pudiese reunir 200 discos para la famosa isla desierta. Y si sólo pudiese llevar 50 ??? Siguiente pregunta. El hecho es que la inspiración les duró tres discos, con cotas altisimas, pero en el cuarto cayeron extenuados. Aquello que se dice de llegar y mantenerse. Mientras paso frío en un parque y oscurece pienso que quizás este comentario pueda malinterpretarse. Se puede ser jodidamente bueno en una, o muy pocas ocasiones, y, zas, se acabó. Mirad a Juan Rulfo y Pedro Páramo. Mirad al Barça de Cruyff jugador. Puede que sean los quince minutos de la fama de Andy Warhol o los actos únicos que definen a los personajes de Houellebecq. El caso es que en 1997 Massive Attack abandonaron el podio y se lo cedieron a Air y a Radiohead. Air para los momentos introspectivos, Radiohead para momentos más tensos. La gente usa la música con un fìn, muchas veces. Bailar, llorar, alegrarse, lamentarse, desahogarse. A determinadas personas, ni mejores ni peores como dice 6Q, hay canciones que asaltan nuestro estado de ánimo sin avisar ni pedir permiso y así nos quedamos despuês, con expresión cariacontecida.
Pasadas esas épocas, por generación espontánea olvidé, o dejé para otras reencarnaciones, lo de tener idolos incontestables y mucho menos asignarles un orden. Cada uno que haga lo que pueda. Mi corazón ( y mi disco duro y los estantes de mi salón) es grande y aquí cabe todo. Y como ya le he aplastado exclusivas y frases a 6Q, y hoy me he dado cuenta de que acusa menos el paso de los años que algunos otros, debo cumplir la palabra dada sobre dos cosas.
Boardwalk Empire : visionada entera la primera temporada, doce capítulos repletos de pequeños y grandes detalles, que deben incluir mucha meticulosidad hasta pulirse 18 millones de euros por capitulo, algo que me incomoda un pelo con los tiempos que padecemos, debo confirmar mi sospecha, superado mi escepticismo, de que estamos ante algo muy grande. Porque no sólo el personaje principal es un portento de matices y contradicciones : hay secundarios y co-protagonistas, y tramas simplemente esbozadas, de las que puede salir oro. Y no podemos quejarnos de que su ambientación sea excesiva sin reconocer que es portentosamente fiel. No sé cual será el plan que HBO tenga con esta serie. Hasta cuando planean hacerla durar (y perdurar). Pero sé que pueden llevarla donde quieran, pues ya lo están demostrando. Recomendada sin paliativos.
The social network : vista de un tirón, sin apenas respiro, ayudada por un guión y un montaje de los que sientan cátedra, la he ido a ver en uno de esos dias donde uno escribiría una carta de agradecimiento a quien montó Facebook. Como me han pedido silencio sobre su desarrollo, y estoy en uno de esos rarísimos días de aceptar peticiones, no digo ni una palabra, bueno, una, vedla.
Y no sé cuales serán los dos temas en que andas metido... Yo no sé qué temas saldrán aquí. Os lo juro.
Me ha gustado mucho La red social. He tenido ocasión de trabajar durante años con un emprendedor de características similares y las coincidencias asustaban. Evidentemente hablo de cuestiones de carácter y modo de actuar, el éxito de las ideas es una historia bien distinta.
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