En los primeros 90 me convertí en un absoluto adicto a los muy numerosos medios de comunicación impresos en inglés que abordaban, directa o tangencialmente, el entonces efervescente panorama musical del planeta, especialmente en el eje UK/USA.
Semanal o mensualmente adquiría un montón de publicaciones, la mayoría de las cuales británicas, y gran parte de ellas hoy han desaparecido o directamente han dejado de interesarme, ni siquiera en sus gratuitos accesos via web:
Vox, Select, Melody Maker, The Face, Sky Magazine, New Musical Express, Muzik, Mixmag, Jockey Slut, ID, XFade, Ministry of Sound, The Wire, Q Magazine, Trax, Spin, Uncut, Record Collector
Eran tantas que apenas me daba tiempo de leerlas cuando algunas ya publicaban su siguiente número. Algunas todavía las conservo, por una mezcla de nostalgia y cierta voluntad de hemeroteca personal, otras fueron pasto de las tijeras que seleccionaban y encarpetaban artículos que me interesaban, o decidí sacrificar estúpidos sentimientos de posesión y tirarlas tras darles una última lectura desesperada.
La industria musical daba para tal cantidad de medios satélite, MTV daba música a todas horas, las tiendas de discos, las de la calle Tallers, estaban repletas de gente que salía con sus bolsas... bueno ésto ya lo puse en otro post...
Ayer hablé del mezcal Los suicidas, licor que quizás sólo existió en la imaginación de Roberto Bolaño. El New Musical Express ( acrónimo NME - en-e-my "enemigo") empezó a atacar a un grupo llamado Manic Street Preachers, al que empezaron a tildar de prefabricados y poco reales. Tenían una estética poco definida, eran más cultos que la media, un pelo existencialistas, pero algo no les gustaba a los medios, que les achacaban la consabida falta de autenticidad. Uno de sus líderes, Richey James, decidió contestar a esos ataques autolesionándose su brazo y escribiendo en él con la punta de un cuchillo, y en tipo de letra de dos pulgadas, las palabras THIS IS 4 REAL. Esto tampoco satisfizo a los críticos con el grupo, que lo consideraron un paso más de su, según ellos, impostada pose. Pasado un tiempo, el coche de Richey James apareció abandonado cerca de un puente, en una entrada de la costa elegida por los suicidas, que se tiraban al mar desde allí ya que las corrientes marinas alejaban los cadáveres. Nunca más se ha sabido de él. El siguiente disco de los Manic Street Preachers, titulado Everything must go , fue saludado por los críticos como la obra de un grupo maduro y leído en contraposición a las típicas obras excesivas de patanes pseudoadolescentes. Demasiado tarde. Yo compré ese disco, sobre 1996, en Andorra, cuando Andorra era aún un sitio donde encontrar discos baratos. Cuánto ha llovido, y nevado, desde entonces.
http://www.youtube.com/watch?v=cipVT6hdGHQ
http://www.youtube.com/watch?v=T7hw5NkSPvs (con esa trompeta tan Bacharach, no, 6Q ??)
Y como la primera canción, cuya toma en estudio me ha sido imposible encontrar para degustar su fascinante arreglo de cuerda, se llama A design for life ( un diseño para toda la vida ), no he podido resistir la tentación de recomendaros que empleéis 52 minutos de vuestra vida en este fascinante reportaje sobre la obsolescencia programada. Puede ser que ver cosas como ésta no resulte divertido, pero, al margen de dogmas y gurús que pongo en duda tanto como muchos, puede que a muchos nos resulten familiares estas situaciones.
Semanal o mensualmente adquiría un montón de publicaciones, la mayoría de las cuales británicas, y gran parte de ellas hoy han desaparecido o directamente han dejado de interesarme, ni siquiera en sus gratuitos accesos via web:
Vox, Select, Melody Maker, The Face, Sky Magazine, New Musical Express, Muzik, Mixmag, Jockey Slut, ID, XFade, Ministry of Sound, The Wire, Q Magazine, Trax, Spin, Uncut, Record Collector
Eran tantas que apenas me daba tiempo de leerlas cuando algunas ya publicaban su siguiente número. Algunas todavía las conservo, por una mezcla de nostalgia y cierta voluntad de hemeroteca personal, otras fueron pasto de las tijeras que seleccionaban y encarpetaban artículos que me interesaban, o decidí sacrificar estúpidos sentimientos de posesión y tirarlas tras darles una última lectura desesperada.
La industria musical daba para tal cantidad de medios satélite, MTV daba música a todas horas, las tiendas de discos, las de la calle Tallers, estaban repletas de gente que salía con sus bolsas... bueno ésto ya lo puse en otro post...
Ayer hablé del mezcal Los suicidas, licor que quizás sólo existió en la imaginación de Roberto Bolaño. El New Musical Express ( acrónimo NME - en-e-my "enemigo") empezó a atacar a un grupo llamado Manic Street Preachers, al que empezaron a tildar de prefabricados y poco reales. Tenían una estética poco definida, eran más cultos que la media, un pelo existencialistas, pero algo no les gustaba a los medios, que les achacaban la consabida falta de autenticidad. Uno de sus líderes, Richey James, decidió contestar a esos ataques autolesionándose su brazo y escribiendo en él con la punta de un cuchillo, y en tipo de letra de dos pulgadas, las palabras THIS IS 4 REAL. Esto tampoco satisfizo a los críticos con el grupo, que lo consideraron un paso más de su, según ellos, impostada pose. Pasado un tiempo, el coche de Richey James apareció abandonado cerca de un puente, en una entrada de la costa elegida por los suicidas, que se tiraban al mar desde allí ya que las corrientes marinas alejaban los cadáveres. Nunca más se ha sabido de él. El siguiente disco de los Manic Street Preachers, titulado Everything must go , fue saludado por los críticos como la obra de un grupo maduro y leído en contraposición a las típicas obras excesivas de patanes pseudoadolescentes. Demasiado tarde. Yo compré ese disco, sobre 1996, en Andorra, cuando Andorra era aún un sitio donde encontrar discos baratos. Cuánto ha llovido, y nevado, desde entonces.
http://www.youtube.com/watch?v=cipVT6hdGHQ
http://www.youtube.com/watch?v=T7hw5NkSPvs (con esa trompeta tan Bacharach, no, 6Q ??)
Y como la primera canción, cuya toma en estudio me ha sido imposible encontrar para degustar su fascinante arreglo de cuerda, se llama A design for life ( un diseño para toda la vida ), no he podido resistir la tentación de recomendaros que empleéis 52 minutos de vuestra vida en este fascinante reportaje sobre la obsolescencia programada. Puede ser que ver cosas como ésta no resulte divertido, pero, al margen de dogmas y gurús que pongo en duda tanto como muchos, puede que a muchos nos resulten familiares estas situaciones.
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