Él ya sabe. Quizás dude un momento pero sabe que de vez en cuando me pide mi opinión y yo la doy gratis. Bueno, la daba gratis. Porque hoy voy a pedirle algo a cambio. La versión que cuelgo de esta canción es la del álbum. Hay un vídeo, que pongo también, con una versión más reducida, con una imaginería a medio camino entre la oscuridad de Cunningham, las películas de Night Shyamalan y la estética black-metal, pero que recorta sensiblemente el poderío instrumental. Pero la que quiero que sea fruto de opinión es la versión completa, la del álbum.
Un uso de la voz en primer plano. Un ritmo tan contenido que parece deslizarse a gotas por debajo de la melodía. Esas cuerdas, rozando lo terrorífico, que sumen en un crescendo su parte central. Una estructura con poco que ver con lo convencional. Ese final donde el dub instrumental pasa a ser dub vocal.Yo comprendo que es difícil pronunciarse sobre algo a priori alejado de lo que se escucha habitualmente. Pero apenas cuatro días tras descubrirla, esta maravilla (y otras, el disco está lleno) no abandona mi cabeza. Así que pido consejo a un músico profesional, pido consejo objetivo y real, aunque pueda prever que se eche en falta el chasquido del dedo contra la guitarra o la firmeza del pulgar contra la tecla. Va: seré directo: Horacio, tienes cinco minutos para oír esto y uno para emitir un juicio?
Mal momento para atender este pedido.
ResponEliminaPido perdón, y trato de explicar:
Primero: había decidido (y no estoy seguro, mientras escribo esto, de quebrar esa decisión: quizá termine enviándotelo, quizá no) dar por concluida mi participación, al menos con tan agobiante asiduidad, en los comentarios de tu blog. La sospecha de estar tornándome molesto, por frecuencia, extensión e insistencia, tuvo confirmación (como si hubiera sido necesaria) en el “O U Y E H”, así, con mayúsculas y espacios enfatizantes, provocado por mis excesos verborrágicos en un tema que –una vez más- no era el que habías propuesto en el post, tal como quedó explícito en tu diálogo con Gon, el 13 de abril: “Eso me recordó esas discusiones en que uno habla y habla y habla y el otro queda circunspecto aguantando el chorreo”. No demasiado tiempo atrás, habías explicado en cuáles ocasiones usás esa expresión, Ouyeh, con un ejemplo imbatible: Bankia anunciando por radio que “ahora vamos a hacer bien las cosas, ya veréis”. Caramba, algo debo estar haciendo MUY mal, si consigo producir(te) la misma reacción que te arranca Bankia.
Luego: tu pedido de opinión (prefiero amplísimamente esta palabra, antes que la última que empleaste en el post: “juicio”) más se parece a un desafío. “A ver cómo te las arreglas, Horacio, para rebatir mis argumentos, con los que explico por qué Overgrown me parece (sic) una maravilla”. Terreno pedregoso, si los hay, y en pendiente pronunciada, y con piedras sueltas, además.
He necesitado bastante más de cinco minutos para escuchar. De hecho, ha sido un múltiplo entero de cinco minutos, con un factor probablemente de dos dígitos: carezco de la capacidad (no hablemos ya de la autoridad) como para formarme una idea clara y terminante con sólo una audición, de ésta o cualquier otra obra. Y todo cuanto puedo formular al respecto no es más que una seguramente torpe descripción de lo que mi sensibilidad ha sido capaz de recibir, bien o (más probablemente) mal.
Le agradezco a Blake la saludable distancia que pone entre su obra y la estridencia; esto hace, al menos para mis oídos, más legítima (si cabe el término) y entrañable su búsqueda estética: cualquier palurdo es capaz de “sacudir” al oyente a fuerza de decibeles. Bien por Blake y su intención de no incurrir en eso.
Me pregunto, no obstante, si era imprescindible un desarrollo de cinco minutos. O si se hizo necesario a partir de una intención previa de ir sumando efectos de a poco: el apoyo de acordes plaqué, o el crescendo de la “cuerda” que mencionás como cuasi terrorífica, para terminar con la superposición (dub) de la voz en el último coro. En este sentido, el video puede acelerar ese desarrollo del tiempo (“in the constant state”), reemplazando con el apoyo de lo visual aquella necesidad, ahorrando algunos segundos al precio de un no demasiado imaginativo relato -excesivamente textual- del paso del tiempo en soledad, con la única compañía de los propios fantasmas. Excepto el hallazgo en el último plano con el paso invertido: el tiempo volviendo hacia atrás, la quimera de todo doliente.
Y no es mucho más lo que puedo agregar. Salvo formalidades: nunca podría ser “objetivo y real” el consejo que me pedís (¿consejo…?: opinión, apenas. Y -como tal- subjetiva; eso es, precisamente, lo que la diferencia, o debería diferenciarla de un juicio, del que se espera, sí, tanta objetividad como sea posible).
No me desconcertó la estructura poco habitual. Es más: la sentí –otra subjetividad más- honesta, la disfruté.
¿Discrepancias? Claro, cómo no; aquí van:
Uso de la voz en primer plano: ¿qué otra cosa podría esperarse? Hay palabras, y la voz humana es –perdón por la obviedad- la forma más idónea de transmitirlas. La única, debí decir: supongo que tu pasión por lo tecno no te habrá hecho firmar un pacto diabólico con esas espantosas voces sintéticas que nos agreden desde teléfonos y ordenadores.
Ritmo contenido: pues no, no lo percibí contenido. Está allí, donde debe estar, tal y como debe estar. Ni para criticar ni para aplaudir, para mí…
sigue...
Las “cuerdas”… en fin, las comillas hablan por sí mismas, je…
ResponEliminaEl dub vocal… lo he escuchado antes, no es un recurso novedoso. No digo que esté mal usado aquí, para nada: hasta me resultó perfectamente audible (en el sentido “de audición agradable”) ; es sólo que no me sorprendió. Es sencillo usarlo, además, cuando se lo aplica sobre un único acorde, sin plantear dificultades armónicas a resolver.
En la periferia de este tema puntual y específico de Blake, queda flotando otro, más amplio y general: el de si la tecnología no habrá tenido un desarrollo mucho más vertiginoso y explosivo que el talento humano para aprovecharla y disfrutarla, cuestión que excede laaaaaaargamente a lo musical, obviamente. Jamás sabremos que habría podido hacer Mozart con un sintetizador. Sí podemos imaginar, en cambio, la angustia de todo creador honesto, ante el abismo de “tengo todos estos recursos a mi disposición, como nunca tuvo nadie antes; ¿seré capaz de hacer algo valioso con ellos?” –“honesto”, en este caso, es la antípoda de “efectista y superficial”-.
Y otra idea más, quizá para desarrollar: hay muchos, muchísimos capaces de contarnos cuán solos están; pocos, en cambio, muy pocos, capaces de conmovernos con una reflexión profunda acerca de la soledad. Otra vez, acaso, la vieja disyuntiva entre la técnica y el Arte. O –si querés- entre el artesano y el Genio.
Corsi e ricorsi, amigo.
Como ves, tampoco fue UN minuto lo que me llevó comentar. En este aspecto de la concisión soy inmejorable, en el peor sentido de la palabra.
Sería un despropósito descerrajarle este mamotreto a tus seguidores. Amén de que el servidor volvería a quejarse por el exceso de caracteres. Irá por correo privado (acabo de decidirlo), ya que lo tuyo fue un pedido específico, que no sería cortés desatender.
Aún así, es tu blog, y si te parece que el resto de los comentaristas podrá encontrar útil este testamento (aunque sea para terminar de detestarme), dejo explícito que no hay pedido de reserva, y podés publicarlo, si así te parece y se te antoja.
Gran abrazo
H, tenemos un problema: primero, el que seas más fiel lector de este blog que yo mismo. A veces ni me acuerdo de lo que escribo. Y mi respuesta OUYEH es una respuesta que puede ser de todo menos desconsiderada, sobre todo a tu gran aporte que es, muchas más veces de las que piensas, un empujón o un incentivo, además de una inspiración. Pasa que a veces pienso que hemos de pasar a otro tema, y dije que me gustaba decir OUYEH (o su forma sin la H final) porque tiene una connotación positiva como de decir adelante, o adelante pa otra cosa, o hay otro camino, o whatever (también me gusta decir whatever). Y el comentario de la persona que habla y habla y habla mientras otra calla y calla y calla no tenía nada que ver. Nada en absoluto. Era más bien esa discusión conyugal y doméstica en que la mujer no calla y el hombre no habla, aguanta la tempestad, ladea la cabeza y pone el ralentí y piensa en cuando puede llevar a lavar el coche o en los días que hace que no se cepilla los zapatos.
ResponEliminaAhora bien, Horacio, llegado este punto debo ostentar chulescamente mi condición de equipo local: aquí los comentarios son todos bienvenidos (con la excepción de los que llevan virus) y su extensión a mí solo hace que sobreexcitarme. Tan difícil es comprenderlo, amigo?. Tanto me halaga que mis cuatro letras generen esas reacciones. Nadie puede imaginarlo: ni uno de los más de 3000 comentarios ha hecho otra cosa más que satisfacerme, pues son ecos de mi voz, joder, qué cursi, bueno, si no son ecos, son reacciones o lo que sea que, joder, a ver si voy a acabar uniéndome a los antiabortistas, vienen a indicarme que hay humanos a los dos lados de esta madeja de cables que es la red. Mira, qué poco se debe imaginar James Blake dónde ha acabado su canción.
Sobre los aspectos técnicos tendré que reflexionar, pero lo primero es lo primero.
A mí me encanta tu verborragia, Horacio. Que conste en acta. Y por cierto, quería pasarte esta nota de Jot Down: http://www.jotdown.es/2013/04/solo-canciones-bonitas/ Me acordé de vos cuando la leí y después me olvidé de madartela.
ResponEliminaFrancesc, habrá que seguir intentando. Este tampoco me hizo tilín. Pero para no ser tan mala, te paso el último videíto de Axel. Él dice que no es un mashup, así que vamos a llamarlo coincidencia. http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=hUAUPTtwYp8
Mis queridos, hoy brilla el sol, y ya saben lo que eso significa en Berlín. A la calle que me voy! Bisous!
Pues claro Talita: Horacio es uno de mis alter egos más queridos, aunque Horoche también tiene mis preferencias.
EliminaNo: eso no es un mash-up: eso es una simple superposición de capas. Dile a Axel que no nos la cuela, que hay que darle más duro.
Sol en Berlín: voy y me lo creo. Por cierto, empiezo a conocer mucha gente que vive en Berlín: una idea para un post. Que me ahcen falta.
A mí me gusta que Horacio se extienda un par de cuadras o más.
ResponEliminaA tí y a cualquiera: en cuanto al hombre conocido como CaféKubista, qué le deparará el futuro??
EliminaQue Horacio opine largo y bien es un gusto para todos.
ResponEliminaMe gustó la canción, voy a buscar el CD. Venía justo de escuchar unas cuántas voces "raras" como Waits, Anthony Haggerty. La voz de Blake entraría allí también.
De hecho esperaba que a la cuarte reacción él ya volviera por la alfombra roja.
EliminaSí: la voz de Blake mantiene algún registro parecido a la de Antony, pero he de reconocer que las canciones tristes de Antony and the Johnsons empezaron a abrumarme en el tercer disco. No se puede tener una vida tan jodida, coño.
Nada de alfombras. (Ni aun rojas... je)
EliminaGracias a todos por la indulgencia.
Indulgencia. Tienes casi un club de fans y esto es indulgencia.
EliminaAy, señor.