Perversa palabra. Responsable de que, hace años se apilaran en mi casa infinidad de CD maxis de los cuales, ahora que los miro, no saco mucha cosa aprovechable. Obsesión por tenerlo todo o leerlo todo o verlo todo. Las rarezas, los inicios, las colaboraciones. El sueño húmedo de los mitómanos y el ejemplo vivo de esos fanáticos que de vez en cuando muestra la prensa en esas entrevistas con ocasión de la visita o la muerte de un artista. Perseguir esa mezcla, esa canción, esa grabación o ese cuento editado bajo pseudónimo. Antes de que Björk se decidiese a hacer, directamente ella, música inescuchable, puedo aseverar que mi afán completista me llevó a oír la que considero la peor música que he podido meterme en las orejas: una aborrecible remezcla de un tema suyo por un tipejo llamado Beaumont Hannant. Tan horrible que espero que sea imposible encontrarla ni en Youtube para quien quiera exponerse a esa tortura.
Nada explica, salvo el completismo respecto a la carrera de Boris Vian, la publicación de Escritos de Jazz. Bueno, claro, la obsesión de una editorial por hacer caja a cuenta de un nombre mítico, como fue este escritor y músico francés, parisino de pro, de esa generación de los Sartre y Camus, desaparecido con sólo 39 años. Pues este libro, que arrebaté ilusionado del mostrador de novedades de la biblioteca, no aporta nada a la obra del autor de Escupiré sobre vuestra tumba. Nada. Cero. Triste, pero lo único que aporta este libro son algunos comentarios (los menos, todo es muy plano) ligeramente socarrones, ligeramente ácidos, de Vian atacando a otros críticos, sopesando vicios y virtudes de músicos del firmamento jazz de los años 30 a los 50, presentando ediciones, escribiendo editoriales en prensa especializada, y pasándose de tecnicismos al reseñar discos (cuenta los compases, disecciona las canciones), para mi desespero pues esperaba, como mal menor, encontrar algún disco ahí que llamase mi atención. Peor; encontrar que un escritor tan canalla, tan diletante, se convierte en inofensivo y casi naïf cuando redacta textos introductorios de colecciones de discos. Que muestra un entusiasmo bordeando lo meramente comercial, cuando presenta su estilo de música a los profanos. Cuando no hay nada más legítimamente despreciable que un crítico snob restregando a los ignorantes todos y cada uno de sus conocimientos, que es lo que yo esperaba de Vian. Pero no.
Hola Francesc! No conozco nada de la obra musical de Boris Vian, y tu post me ha despertado curiosidad, pero la verdad es que paso por acá para desearte un feliz cumple. Espero que lo festejes como te lo mereces, a lo grande! Te mando un beso grande.
ResponEliminaGracias, Karina !! De hecho de la musical sé bien poca cosa, pero tiene algunas buenas novelas completamente parisinas. Recuerdo también que tu día de hoy es especial por el motivo laboral. Suerte en tus proyectos, y gracias por acordarte de mí. A ver lo que nos deja festejar el calor que hace hoy en Barcelona: 35 grados de nada.
EliminaNi flowers de este tal Boris Vian! indagaré...;)
ResponEliminaTodos los críticos a la hoguera!!! jajaja
ummm me ha parecido leer que es tu aniversario...así que: Moltes felicitats!
Petons.
Gracias !! Como que los críticos a la hoguera, si criticando uno se lo pasa bomba !!
EliminaConque cumpliendo años, ¿eh?
ResponEliminaPues felicidades, man.
Aquí va esta pequeña e insignificante info que espero pueda constituirse en una especie de regalo de cumpleaños, igualmente pequeño e insignificante: a fines de la década de los '60, cuando muchos de ustedes aún no habían nacido o eran muy pequeñitos, una ex-modelo argentina que se hacía llamar Nacha Guevara (Clotilde Acosta, en realidad) trató de convencernos de que era capaz de cantar (?). Inexplicablemente, lo logró bastante (no conmigo), y llegó a presentar espectáculos en los que las canciones de Boris Vian, traducidas al castellano, constituían buena parte de su repertorio; quizá puedan encontrarse en Internet (no lo constaté, faltaría más), como para que quien no sepa francés pueda tener una idea aproximada. Supongo que será más fácil (y menos horrísono) encontrarlas en sus versiones originales.
Saludo especial, hoy, entonces.
Quedan poco más de tres horas para que completes un buen día!
Ya mencionamos alguna vez a Nacha Guevara (la que vive en la heladera)... dónde hubiera llegado su carrera llamándose Clotilde Acosta? Puestos a elegir franceses añejos, mejor Gainsbourg, pero Vian tiene ese aire acanallado (que no le falta a Gainsbourg tampoco) de la pura postguerra.
EliminaAlgún día saldré del ataúd en que me encerró (¿o enterró?) Horacio. Feliz cumpleaños, Francesc.
ResponEliminaEnterrado vivo?? Puro Kill Bill 2, Horoche. Saca el encendedor y déjate las uñas: los federales andan buscándote.
EliminaEnterrado muerto. Escribo por reflejo, o acaso como las ranas de Galvani. Horacio me asesinó, influenciado por un catalán que firma con nombre y apellido.
EliminaClara muestra de la mala influencia catalana en todos los ámbitos: anda, Horoche, coméntale a Rajoy y que emita una ley urgente prohibiéndonos respirar.
Eliminaper molts anys, Frankie
ResponEliminaBoris Vian es tu tipo completísimo, como escritor firmó un par de contundentes obras "La hierba Roja" y "Un otoño en Pekín", siempre emparentadas con el surrealismo o la patafísica, como a él le gustaba etiquetar. Como músico firmó un puñado de excelentes canciones, siempre que a uno le guste la chanson française. La más famosa, la triste y mítica "Le deserteur" que luego otros cantaron y popularizaron. En cualquier sitio encontraréis sus canciones colgadas.
Pues eso
Que sople usted sus velas y sea usted feliz
hasta otra
Pocos mejores que Tuli / John Self para informar un poco acerca de Vian. Gracias, Tuli !!
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