Y es posible que viceversa.
Tengo un delantero ante mí que siempre quiebra hacia el lado diferente al que yo defiendo.
Y es posible que viceversa.
Los párrafos: si soy ese que ya han definido, el del exceso de subordinadas, la sobredosis de paréntesis (y me he fijado. Hay más gente que usa puntos seguidos dentro de los paréntesis.¿Será eso correcto?), el uso algo errático de los dos puntos (que en inglés se llaman colon, y no le veo relación), y las frases atropelladas, según Karina, como si me fuera la vida en ello, según Álex, para provocar vueltas de campana, vamos, poneros de acuerdo. Si soy ese tipo de estilo tan heterodoxo, qué hago un día cualquiera preguntándome si ese horrible hábito de enganchar un tema con otro, eso que en literatura fina se llama concatenación, no es en realidad el causante de que mis párrafos sean largos y monolíticos y no vea, aunque lo busco, el momento de intercalar, zas, un punto y aparte, un retorno de carro, y dar, entonces, el tema por zanjado.
Entonces pienso que eso no deja respirar y pienso en el estilo a definir como urgente, que suena a médico, o atropellado, que suena a accidente de tráfico, que también suena a médico, y pienso cuánto atrás habría que ir en el tiempo, hasta encontrar un momento en que la palabra atropellado ya no tuviera el sentido que tiene ahora, el físico, el del coche que no frena a tiempo, y el golpe seco, el sonido de fémur partido o de radio hecho migas. Pienso en el origen de la palabra, estimo que la palabra tropa tenga algo que ver, y los veo desfilando, a los soldados, disciplinados, hasta que uno pierde el ritmo o se pisa el cordón de la bota que no pudo atarse porque prefirió ir a mear, los soldados mean, no orinan, son soldados y no señoritingas, ése que se pisa el cordón tropieza, o se para, o cambia el ritmo. Y los que van detrás se aturullan. Se paran, se desordenan.
Lee La broma infinita ( si te dan pereza las 1200 páginas, entonces lee Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer, o Entrevistas Breves con Hombres repulsivos; no te recomiendo que leas La niña del pelo raro porque son relatos muuuy raros; (entenderás que dentro de los paréntesis puedes poner un punto y coma, dos puntos o incluso otro paréntesis) me falta todavía Hablemos de langostas, Extinción y El rey pálido para hablar con total precisión de mi nuevo-autor-absolutamente-amado) y se te pasarán todas estas tonterías) beso. Selene
ResponEliminaMuy instructivo comentario: Leerse el primer relato de Hablemos de langostas, donde habla de su asistencia a un certamen de cine porno, es delirante. Y, harto de pedir prórrogas a la biblioteca, compré por su asequible precio la edición de bolsillo de La broma infinita: no todos los días uno puede ponerse con un libro de 1200 páginas. Y procuro mantener cuatro o cinco lecturas a la vez y hay que prestarles la atención debida a todas. Muchas gracias: comentarios ejemplares los tuyos hacen que te perdone por lo de Fresán, je je.... has leído a Patricio Pron ??
EliminaTengo de Una puta mierda leídas unas 20 páginas, también está aquí El comienzo de la primavera, pero es que también estoy con los tres últimos números de Orsai.. Lo que más me llama la atención de Pron, de momento, es que nació en Diciembre de 1975, el mismo mes y año de mi nacimiento. Y es que las historias de guerra me aburren soberanamente, espero que dé un giro interesante en breve. Ya te contaré.
ResponEliminaLa que yo he leído de Pron no es una historia de guerra... y El comienzo de la primavera hace muy pero que muy buena pinta: corro a encargarla a la Biblioteca.
EliminaSon unos segundos de flaqueza Francesc, yo prefiero tus primeros. No veo por qué tienes que ponerte una camisa si vas bien descamisado. El estilo lo demuestra el pantalón y ahí vas bien cargado. Eso sí, cuida los zapatos, eres de largo recorrido.
ResponEliminaNo hay flaquezas aquí: de hecho mi mujer me está diciendo que a ver si hago algo de deporte y me quito un par de kilos, que va bien para el corazón. Pero si yo te quiero ya bastante, Pili. Entonces viene lo de la carga del pantalón, ya tú sabes.
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