LA CRISIS DE LA INDUSTRIA PLASTICA

- Si este cabrón me paga el dinero que me debe, podré tomarme un par más de cervezas esta noche.

- Joder.

- Qué.

- Que no hace falta que lo digas de esa manera. Que me olvido de las cosas, y ya está. Tengo muchas cosas en la cabeza, coño.

- No me interesan las cosas de tu cabeza. Me interesan las de tu bolsillo.

- Toma, que no callarás. Uno, dos, tres, cuatro. Toma. En paz.

- ¿Eran cuatro?. Ya ni me acuerdo.

- Cuatro euros, sí señor !! Dos cervezas, las que te falten para decir tonterías más grandes de lo normal, si es posible. Para entrarle a las chicas, sin estar lo bastante borracho para luego defraudarlas.

- Bueno, las tomaremos.

- A mi salud, si no es mucho pedir.

- Joder, vaya monedas. ¿De dónde las has sacado?.

- Oye, que valen igual.

- Están todas como sucias.

- Que valen igual, te digo.

- Ya, pero es que una sucia vale, pero están las cuatro que dan asquito, chaval.

- Vale. Os lo digo, a todos. Hay que ensuciar las monedas. Hay que llenarlas de roña de esa que se les queda pegada.

- Uh (los tres a la vez, cruzándose entre ellos miradas teñidas de sorna y resignación).

- (uno toma la palabra mientras los otros dos se reclinan en el sofá, como preparados para escuchar). Estamos deseando que lo expliques.

- Ya.

- De verdad. (se dirige a los otros dos). Verdad, chicos?.(Los otros dos asienten con un aire resignado, pero es antes de medianoche y no hay otra cosa que hacer).

- Pues os diré. ¿Sabéis esos tubos de plástico que te dan los bancos para que empaquetes las monedas cuando vas a ingresarlas?.

- Ya. Qué pasa con los tubos de plástico.

- Que los bancos tienen un acuerdo secreto con los fabricantes para que no cierren bien si no les metes una moneda de más. Sobre todo los de 50 céntimos para arriba. Caben 25, pero no cierran bien si no les metes 26. Queda como suelto, pero le metes la moneda de sobras y, zas, cierra perfecto.

- (silencio dramático: se miran a los ojos, la incredulidad precede a cierta sonrisa, pero antes él prosigue)

- Entonces imaginaros el resultado que le da a los bancos ese defecto en los envases. Ganan un 4% en cada envase en que la gente se equivoca y, por comodidad, nadie cuenta que puso una moneda de más. Lo he calculado, porque los de las tiendas no paran con esos paquetes, hacen montones al día.

- Y has calculado...

- Y he calculado que el 20% de los beneficios de la banca proceden de ese engaño. Porque cuando el banco te da monedas el tubo queda inservible, pero los nuevos para que tú las empaquetes son diferentes. Saben lo que se juegan y lo tienen muy controlado. Todo es secreto, secretísimo.

- Lo que no entiendo es qué tiene que ver con las monedas sucias.

- Bueno, eso se explica rápido. He accedido a la programación de las máquinas de la fábrica que hace los tubos. He conseguido modificar sus dimensiones, hacerlos más cortos, y ahora parecen llenos con 24 monedas. Pero el problema es que, como el banco decidió que no le era rentable que nadie contase el contenido de los paquetes, su único sistema de control consiste en pesarlos en lotes de 100 paquetes. Si añadimos la suficiente porquería a todas las monedas como para incrementar su peso, entre un 4 y un 6 %, conseguiríamos no sólo evitar ser engañados, sino incluso pasar a engañarlos nosotros. Tardarán en enterarse, esas monedas se quedan en cajas fuerte por tiempo y tiempo. Pero lo he conseguido, los estoy jodiendo, estoy jodiendo al banco que era el que nos jodía a nosotros.
- (Cuando la incredulidad deja de ejercer su efecto enmudecedor, uno de ellos habla). Pero cómo haces eso, estás loco o qué. ¿No tenías esa otra teoría de que con Google y con internet nos tenían controlados a todos a través de la IP?.
- Bueno, fui a un cibercafé.
- ¿Y la de las cámaras y los GPS que trazaban nuestra posición?. Al menos la teoría de los gays era una tontería que no tenía consecuencias. Pero esto.
- (Cara de preocupado, pero sonrisa de orgullo y satisfacción). No sé.
- (Suena el timbre del portal).
- Pregunta quién es.
- Policía !!
- (Una décima de segundo de silencio).
- El hijoputa de Damián, siempre con la misma broma ! Va, ábrele.