A veces tienes que llevar un tiempo acostado para recordar algo que has dejado por hacer, o has hecho mal, durante el día. Dicen que es debido a una especie de sistema de archivo del cerebro humano. Los datos pasan de una memoria reciente a una memoria de acceso más selectivo y entonces, zas, salta el error y nos avisa. Cosas de las sinapsis. El otro día un mocetón de diecisiete años recién cumplidos me preguntaba en una conversación si yo sabía qué eran las sinapsis. Pues claro, noi. Suerte que no siguió mucho por el tema. Pero lo que me hizo pensar en mi error del otro día no fue eso.
Vi la foto de Andrew Weatherall en el especial de RDL 300 que el otro día, un poco a la ligera, critiqué. Vi a un Andrew Weatherall pulidito, fumando un cigarrillo, con un jersey más bien pijín, y una pose completamente relajada. La clásica foto que el fotógrafo de turno hace en la recepción del hotel a la estrella que está siendo entrevistada, antes de un concierto, puede que antes de un DJ set. Y automáticamente me retracté. No es tan malo que RDL haya tirado de esas imágenes para echar un vistazo atrás a 27 años de recorrido. No lo es para nada, pues no han dejado mucho al azar. Quizás salga mucho Christina Rosenvinge, pero la chica es agradable de ver, y hay que reconocer que, aunque sea para purificar su nombre del engendro que fue Alex y Christina, se ha movido y no ha escatimado en medios para acceder a una credibilidad indie. Me hace gracia ver un práctico monográfico de PJ Harvey, ante el cual, como varón heterosexual, me cuesta decidirme si la veo cada vez más guapa porque es una excelente autora, o porque simplemente lo es. Veo la foto de Björk, sencilla y tímida ante la cámara, y pienso si no ha ocultado la belleza de sus rasgos a base de extravagancia, y si no ha hecho lo mismo con su música, sepultar belleza sencilla de canciones como Come to me a base de hacerlas bizarras, para desmarcarse de la corte de imitadores, de la corte de mediocres. Vaya, tres mujeres y un hombre son un bagaje sumamente desigual para hablar de tanta foto.
En cualquier caso, aunque siga pensando que un CD de regalo no hubiera estado mal ahí, he de decir que ahora ya no me sabe mal haber invertido esos 9,50 euros.
Ver la entrevista al director de la publicación, Santi Carrillo, en www.365d365e.com ha acabado de confirmar y renovar mi simpatía y mi admiración tanto por el tío como por la revista. Sincero a tope, modesto pero sacando pecho de virtudes y defectos, y con la actitud completamente profesional digna del mayor de los aficionados. La pasión es necesaria para la crítica. Verdad como un puño. Supongo que seré de esa generación que se resiste a abandonar la adolescencia y eso hace que siempre acuda al kiosco, no puntual, a veces un par de días antes. Que perdone los errores que sugiere, que todos los lectores de largo recorrido sabemos, pero cuantos errores cometemos en 27 años, cientos, miles ??.
Pero debo hablar de Weatherall. Cuando iba a comprarme una camiseta y fue que no, mi decisión final, no ejecutada, fue una con el logo de Warp. Weatherall, en su guisa como The Sabres of Paradise, grabó para Warp Records. En tiempos, que aún perduran en que grabar para Warp Records, como Mo' Wax, era una garantía por sí solo. Pues ahí estaba todo quisqui. Aphex twin, B12, The Black Dog, Squarepusher, Nigthmares on Wax, Seefeel... tantos que esto sería muy pesado y los profesores de instituto siempre acaban recibiendo cuando empiezo con las listas...Seguramente RDL fue uno de los medios por los que accedí a Weatherall. Luego yo fui quien decidió que su música fuera importante en mi vida. Eso es lo que se espera de un medio especializado. Como aquel amigo que te presentaba chicas, porque tu eras tímido. Pues Carrillo lo define muy bien. Alguien ha de poner el foco entre tanta oferta. Weatherall hizo varios discos enormes, tanto en The Sabres of Paradise como en su posterior proyecto Two Lone Swordsmen. Y produjo obras cumbre, como Screamadelica, y grabó históricos discos de sesión, Cut the Crap, Live at the Social, el de la serie fabric. Seguramente abusó del electro (opinión propia), seguramente abusó de cosas que no eran estilos musicales (pues no en todas sus fotos presenta un aspecto tan sanote , sin contar las que se hizo con terno y mostacho a lo Sherlock Holmes). Pero sin revistas que, dentro de sus criterios y con sus posibles sonadas pifias, seleccionen el grano de la paja, los pirados por la música seguramente dejaríamos antes de serlo, ahogados entre el marasmo de lo comercial y el mundo sín fín de los discos mediocres y los temas de relleno.
Y conseguí acabar el post sin mencionar a Ramoncín. Quien puede mencionar a Ramoncín cuando King Tubby se encuentra a John Barry y a Ennio Morricone y consigue que se tomen una copa de ron juntos.
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