Muchos días me siento en frente de la pantalla a esta hora, a veces ya un rato antes me da vueltas a la cabeza alguna idea, alguna frase qué poner, y todo fluye so smooth. Últimamente no ha habido muchos de esos, quizás porque esfuerzo y creatividad tienen también una Cantidad Diaria Recomendada y ésto me coge a la hora oficial en que se agotan las baterías humanas. Entonces tiro de las reservas, de las cuales ya he hablado. Anotaciones que los intelectuales de verdad llevan en esas carísimas libretitas Moleskine, y que los que ni lo somos, ni le vemos la gracia a una libretita a la que no puedes intercambiarle las hojas, apuntamos, por ejemplo en la aplicación de notas de un smartphone cualquiera ( basta de propaganda de marcas ). Puede ser que el propio tiempo que dedico sea el culpable de que no se suministre la oportuna dosis de novedades, con lo cual hallaríamos la figura retórica del blog que se aniquila a sí mismo, que a ver cómo le llamaríamos a éso. Hoy lo que no va muy fino es el espacio. Volviendo a lo nuestro : en busca de carnaza, encuentro uno de esos nombres hacia los que siento más absoluta reverencia, que recorre transversalmente tres décadas ( y no va a pararse ahí ) de mi vida. Sí, el caballero de la foto es Bob Marley. Declaro en mi perfil de FB que Bob Marley es Dios ( también lo digo de Roberto Bolaño con lo que el Sr. Incoherente traza una pirueta imposible del ateísmo al politeísmo ). Su música puso a un país entero, Jamaica, en el mapa mundi, influyó a medio planeta, o más. Lanzó ese mensaje de espiritualidad individual, sin cautiverio de instituciones. Sus letras resisten traducciones a las que, por ejemplo, los Beatles no pueden ni aspirar en universalidad. Hizo algo que ayuda mucho si te has propuesto ser un jodido mito, que es morirse. Antes había publicado una decena larga de discos llenos de optimismo vital, pero también de cierta reivindicación racial y social. Es un icono, en el sentido absoluto de merecer y generar veneración, pero también ha generado en torno a su figura mucha mitología distorsionada y mucho arquetipo. Sí, fumaba enormes petardos de marihuana, los fumaba en la portada de sus discos y les hacía dibujos y fotos y les dedicaba canciones directa o indirectamente ( cualquier practicante de las referencias indirectas es muy bienvenido aquí ). Pero eso no debe significar que quien se acerque y glorifique su obra ( y yo ya podéis tener muy claro que decir que la glorifico es quedarse muy corto ) deba ser un fumeta. Hace poco hablaba de las pocas drogas que he consumido en mi existencia ( y ya no tengo pinta de ir a ampliar esa experiencia) y reto ( también empiezo a retar demasiado desde este púlpito ) a quien quiera a demostrarme que disfrute o entienda mejor al artista puesto hasta las cejas de lo que yo lo hago con media coca-cola en el cuerpo.
Aún así, resignémonos, todo el mundo lo ve como un negro fumeta ( y un pelo guarro, por las rastas que millones de personas corren a hacerse todos los años en medio de veraneos de baratillo ) que murió porque fumaba a manta.
Pues no.
Mirad la foto y la venda en sus pies. Bob Marley exigía a sus músicos saber jugar a fútbol, deporte que adoraba. Quería tener una banda pero también un equipo. En medio de una de sus giras montó uno de sus habituales partidillos de fútbol de su banda contra unos periodistas. Tenía cierto hábito de jugar descalzo. Se hirió el pie. La herida no curó bién, y se convirtió en un tumor. Su discográfica presionó para que no interrumpiese una gira de promoción, cosa que podía suceder si se operaba el pie para atajar el mal. La enfermedad avanzó y al final la metástasis alcanzó el cerebro, cosa que acabó con su vida. Nada de porros, nada de drogas. Mirad ese pie vendado y tenedlo muy claro : su pasión por el fútbol acabó costándole la vida. Su último disco real ( pues a raíz de su muerte se empezaron a editar recopilatorios ) se llamó Uprising. El disco que le lanzó al estrellato mundial fue Exodus, que contenía esta eterna canción, curiosamente muy poco jamaicana, curiosamente muy directamente romántica en su letra, y que me gustaría que consideraseis un mero tastet de la espléndida obra de uno de los artistas más influyentes de todos los tiempos. No soy llorón, porque no lo soy, pero pensar lo que perdimos el día que murió me humedece los párpados.
He gastado el comodín de hablar de él, pero ya tardaba, y puede que algún dia repita.
ja sé que no vius ancorat en el passat, però avui t'has posat les botes, nano.
ResponEliminaBona nit
6Q
Enmig de tanta fòbia han d'anar sortint fílies, i aquesta n'es una de bén grossa. JAH RULES !!
ResponElimina