En cierto post de hace unos meses debí hablar de Daniel Johnston. No me hagáis mirarlo, quien sienta curiosidad que mire las etiquetas y pinche. Mi opinión no habrá cambiado desde entonces. Creo que la propaganda que le otorgó la famosa camiseta de Kurt Cobain no hizo más que levantar una especie de hype, y ya sabemos del gusto de ciertos colectivos a encontrar bichos raros a los que elevar a los altares, tanto más altos cuanto más incomprensible sea esta elevación para otros muchos. La película Devil and Daniel Johnston mostraba la evolución de su enfermedad mental: mereció elogios sin fín hasta el punto que el colectivo psiquiátrico la tomó como una especie de ejemplo de presentación sobre el devenir de un proceso de esquizofrenia. Con lo cual el que aquí os escribe quedará como un auténtico desalmado si declara que cree desproporcionado el hecho de que esta circunstancia haga de la música de Daniel Johnston un objeto de culto alternativo: para mí sigue siendo simple, insustancial, algo cacofónica, en el mal sentido. Pero no debería emplear este espacio en algo negativo. Será por malos artistas en el planeta. Puestos a hablar de malos cantantes y mediocres escritores y pésimos actores el contador de 2666 entradas se quedaría corto. Lo que me trae aquí es tener muy presente cierto comentario en la web de Orsai; que le agradecían a los USA dos cosas preferentemente : la Coca Cola y el canal HBO. Somos de esa extraña manera por la que nos impactan ciertas cosas, aparentes tonterías, sencillas pero directas. Son los estribillos de la literatura. Pero los párrafos largos nos limitamos a evocarlos con vaguedades. No hablaré de la HBO, porque requeriría horas y horas: sólo la sensación cuando entra la música que finaliza cada capítulo de The Wire daría para una tesis doctoral. Pero sí de la Coca Cola.
Esto es lo que le han hecho a Daniel Johnston varios lustros de consumo compulsivo de Coca Cola. Tenía infinidad de fotos para elegir que mostraran su deterioro. Fotos dormido, fotos sucio, fotos apoyando una guitarra que cada vez se ve más pequeña sobre una barriga que cada vez se ve más grande. Barriga conseguida en el uso de su libre albedrío como mayor de edad o con la tolerancia de sus padres: esos padres ultracatólicos que aparecen en el documental. 6Q baja peso sin límite en su blog y el pobre Daniel Johnston se precipita a que un día su corazón reviente antes que ceder ante la Coca Cola light.
Busqué en un par de comercios el Fernet Branca que los argentinos veneran para mezclarlo con Coca Cola. Mezcla que yo haría (a diferencia de los cuba-libres en la película de Coronado) en proporciones tolerables con mi bajo, bajísimo (aspecto muy rentable) nivel de tolerancia al alcohol. 15 euros la botella me va a costar saber qué les atrae tanto de ese brebaje. Puede que sea como absenta que amplíe mi espectro creativo. Hay que probarlo. Es una mezquina maniobra comercial. Es algo éticamente reprobable en un mundo podrido hasta los cimientos. Beber para caer simpático, o para obtener comentarios que eleven mi ego un domingo por la tarde.
Gran frase de Ronny : recuerdos que sirven para alimentar tardes de domingo.
Gran obra de Casciari : se larga de la clase y deja que los alumnos creen en la pizarra.
Gran frase de Shaun Ryder, vaya a saber bajo los efectos de qué :
Son, I'm thirty, I only went with your mother 'cos she's dirty.
(Hijo, tengo treinta, sólo me fui con tu madre porque era una guarra).
Y dicen las Labelle. Yipi yipi aya yeye.
Hola! Gracias por la visita y dejar un comentario...tienes razón en cuanto a los gustos....yo por lo que he visto por aquí, seguro que vuelvo!!!
ResponEliminaAbrazo!
Gracias Mr. Blue, estoy por la reciprocidad a rajatabla. Curioso : elegimos la misma foto para hablar de Breaking Bad. Entre otras cosas. Espero que encontremos falta de coincidencia en algún tema, claro, qué aburrimiento si no. Buen gol de tacón de CR7. He de reconocerlo.
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