A veces, pocas, me va a dar por aclarar ciertos títulos, por si es de ayuda.
Obra : trabajo realizado sobre algún edificio o construcción con fin de mejorarlo, reformarlo, adecuarlo.
Caridad : virtud de ser caro.
Barcelonés de toda la vida como soy, en algún post ya habré mencionado que pasé mis primeros 29 años de vida en el barrio de la Sagrada Família.
No sé si concreté que el parque que queda entre las calles Mallorca, Provença, Sicília y Sardenya fue el escenario de mis primeras correrías tanto como tierno infante en compañía de mi familia y, más adelante, alrededor de mis 11-12 años, como preadolescente dispuesto a interpretar que el mundo al fín era suyo porque ya le dejaban bajar solo. Allí pasábamos mediodías de días de escuela (cuando había tres horas para comer), tardes de otoño y primavera. Años más tarde se construyó, a base de expropiaciones, al otro lado del templo, la Plaça Gaudí, cuyos recuerdos ya no son tan tiernos para mí. Mi edad ya era otra y, como a todo el mundo, mi barrio se me quedó pequeño, o eso me gustaba pensar. Podría tiznar esto de nostalgia con cualquier pretexto, pero no es mi propósito.
Ayer una enorme cifra aparecía en portada de algún periódico barcelonés : 2026. Parece ser que, debido al enorme empuje que supone el castañazo de cobrar 12 o 14 euros a los turistas que quieren visitarla, la Sagrada Família dispone ya de una fecha prevista para su finalización.
No sé si los visitantes de este blog van a montar en cólera, pero a mí los turistas acaban poniéndome bastante nervioso, especialmente esos grupos que se presentan en masa y lucen gorros conmemorativos. Que disponer de ciertas cosas bonitas puede dar mucho lustre a nuestra ciudad me resulta entrañable pero recordemos que no todos somos beneficiados por el flujo económico que su presencia acarrea. La expresión no todos es aquí un claro eufemismo de sólo unos cuantos. Pero en fín, no seamos muy críticos, quizás su masiva presencia nos dispensa a los autóctonos de algún porcentaje más elevado de tirones, sustracciones de carteras, etc. En todo caso Barcelona ya es un destino turístico de primer orden en el globo, no hay remedio.
Pero resulta que el final de las obras de la Sagrada Família, una de las acciones previstas era rodear el templo de cuatro manzanas del Eixample Barcelonés ( aproximadamente una hectárea cada una de terreno urbano ), que se destinarían a parque y zona verde disponiendo una cruz en torno al templo, que quedaría en el centro. Enternecedor. Lo que pasa es que para desalojar las dos manzanas, que actualmente están ocupadas por algo así como unos 100 edificios en total, que serían unas 700 o 800 viviendas más todos los locales (muchos dedicados a la restauración y el comercio con el fin de atender a los guiris), habrá que expropiar, y demoler, todos esos pisos, para luego proceder a la construcción de esos parques, que dudo que se apañen con cualquier cosa. A mí me sale, a un precio moderado de vivienda y suelo y tal, que la cosa no va a bajar de unos 300 millones de euros. Todo para que el dios de unos cuantos sea bién venerado. Sé que faltan un montón de años para que eso pase, pero por eso mismo, para que los vecinos que viven en pisos que puedan ser objeto de esa expropiación puedan vivir tranquilos, evitemos especulaciones, enormes obras, lo mejor que podría hacerse es no efectuar ese gasto absurdo y emplear ese dinero en otra cosa.
Claro que me pregunto de quién es ese dinero. Está claro que no es de nuestros impuestos, faltaría. Por lógica será de alguna institución religiosa vinculada y orientada a la promoción de la obra. Institución que a mí me suena fatal que sea tan ambiciosa y ostentosa y avariciosa como para no comprender que el mundo necesita mucho más ese dinero que su dios un par de hectáreas para reunir aduladores. Algún pecado mortal se infringiría ahí. Lo bién que quedaría que ese dineral se emplease en gente más cercana que sí lo necesita. Porque si dios es todopoderoso una chorrada de parques se la deben traer floja, no ??
Claro que me pregunto de quién es ese dinero. Está claro que no es de nuestros impuestos, faltaría. Por lógica será de alguna institución religiosa vinculada y orientada a la promoción de la obra. Institución que a mí me suena fatal que sea tan ambiciosa y ostentosa y avariciosa como para no comprender que el mundo necesita mucho más ese dinero que su dios un par de hectáreas para reunir aduladores. Algún pecado mortal se infringiría ahí. Lo bién que quedaría que ese dineral se emplease en gente más cercana que sí lo necesita. Porque si dios es todopoderoso una chorrada de parques se la deben traer floja, no ??
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