Si hay algo que refuerza las convicciones (las de todo el planeta sufren una anemia galopante) es leer de vez en cuando algo el periódico ultraderechista La razón. El cabreo que te coge no se te pasará así como así. Uno empieza a leer ese periódico hecho un moderado socialdemócrata y lo acaba recitando de memoria soflamas de Trotsky o de Bakunin. Perlas no les faltan, por doquier. Si uno le hace un seguimiento algo exhaustivo (para lo que es aconsejable surtirse de cuantiosas dosis de analgésicos y primperán) puede, al margen de acumular un considerable cabreo, acabar con el más voluminoso cuaderno de notas repleto de garabatos escritos bajo distintos niveles de alteración.
Este periódico, filofascista sin ninguna clase de intención de ocultarlo, se permite acumular los siguientes desmanes en un solo número, como si no quisiese que el lector ocasional pueda perderse, por aquello del azar, el menor de sus detalles fundacionales: encuesta para ver cual de los elementos de la familia real (las demás, insisto, somos virtuales) es el más popular (gana la niñita Leonor, supongo que por lástima de recibir un nombre más propio de octogenarias que de niñas), palos al PSOE, por todos lados, palos al movimiento indignado, donde se emplean a fondo para averiguar científicamente que allí hay radicales, extranjeros (se han dejado lo de rojos, les aviso), delincuentes (también hay algunos corruptos en las listas del PP, pero para La razón, esto debe ser un hecho irrelevante), palos a cualquiera lejanamente responsable de que Bildu haya obtenido 314.000 votos (qué lástima que el voto sea secreto: Rajoy ya tendría la lista de sus primeros 314.000 enemigos a eliminar), loas al Madrid, palos al Barça, loas al movimiento de las JMJ, fotos de monjitas. Ay lo que me hacen reír a mí las fotos de monjitas.
El rotativo franquista madrileño no se cansa en su defensa de la lucha ultramontana y la reivindicación de la trasnochada unidad de la patria y demás elementos del más rancio ideario antidemocrático : su estandarte absoluto es un elemento de la categoría de Alfonso Ussía. Voy a dejar que cada uno libremente se procure en googlear sobre este pájaro. Sé que estuvo amenazado por ETA, y le pido a ETA que no mate nunca a nadie más, pero especialmente a éste hay que dejarlo que viva, y que viva mucho tiempo a ver si un día traga de su propia medicina rancia, clasista, racista y montones de calificativos que me dejo. Ussía no abandona en sus artículos ni un estilo cargante y pedante, ni las invectivas constantes contra izquierda, catalanes, barcelonistas, vascos, abertzales, siempre defendiendo una elegancia decadente y pretendidamente aristocrática y caballeresca, que acaba siendo siempre lo mismo, una inacabable y molesta tormenta de caspa. Ahora su ultracatólico periódico le ha regalado (supongo que él previamente les mendigaría que un solo artículo diario no es suficiente vía de salida para tanta bilis y verborrea reaccionaria), un articulillo diario donde arremete contra lo que el considera figuras y costumbres nefastas propias de las fechas veraniegas.
Vuelvo a repetirlo para que nadie me acuse de prácticas potencialmente nocivas para la salud: el antivómitos, a mano y en dosis generosas. Desde una óptica cercana a la nobleza y pretendido dandismo más trasnochados, en estos artículos se dedica a meterse con que si la gente va en bermudas, que si llevan flip-flops, que si van con el portátil a todos lados. Otro flash sobre este (difícil expresarme pues la primera palabra que me acude a la cabeza es siempre malsonante) pretendido escritor : su candidatura hace unos años a la presidencia del Madrid. Dios los cría y ellos se juntan. Entonces según él y sus cánones elitistas, hay que sufrir el pantalón largo, el calcetín y el zapato cerrado, y la camisa de cuello duro y manga larga, y corbata y esa madrileñísima prenda que es la teba, que lo cómodo es cutre, que hay que sufrir porque su dios lo dice y él hace cumplir su palabra. Cercas y yo él otro día nos lamentamos de nuestra educada incomodidad, pero Ussía no: todo el mundo a sudar y a maloler, aunque sea para parecernos más a él y a su España cañí e ideal, la que atufa a caspa y naftalina y masaje Floyd.
A mí, ahora, directamente me enviaría al pelotón de fusilamiento (habla de justificar matar a los pelmazos, con lo que doy por sentado que es partidario tanto de la pena de muerte como de aplicarla indiscriminadamente a diestro y siniestro). Estoy sentado en un parque público, sandalias de practicar deporte, bermudas cargo, polo sin planchar y con algún que otro desgaste del excesivo uso (lo de los hombres y nuestras prendas curradas pero preferidas es entrañable), y como no me apetecía bajarme el PC estoy tecleando incómodamente en la BB (a él tampoco ésto le gusta), con lo cual cumplo dos enormes placeres : dignificar un domingo por la tarde y conectar con mis incondicionales.
Por cierto: 1500 trompos de nada cuestan tres pares de zapatillas bailarinas que la familia real se ha permitido adquirir con nuestros impuestos. Beneficiarias : Leti y las dos princesitas. Ussía seguro que las encuentra preciosas. A ver si les dedica una de sus flatulencias, aunque lo más seguro es que yo me la pierda. Muy a mi pesar.
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