Los críticos se ganan la vida con su trabajo. Yo estoy aquí de amateur ( que puede que en alguna extraña lengua se traduzca por el primo de turno ). Así que no tenía ninguna obligación de comprar y leer los tres volúmenes de la mal llamada saga Millenium para pronunciarme sobre ella. Con leer el primero me bastó para comprobar la poca solidez de quienes argumentaban que iba a haber un cambio en la literatura y esos tres libros iban a ser el detonador. Gracias, pero no, gracias. Sin embargo, y porque cuesta menos esfuerzo y menor inversión de tiempo, sí estoy viendo las tres películas que se inspiraron en estos libros. Y resulta que me gustan más que su versión literaria. Primero, porque eran libros que llamaban a gritos tener su versión cinematográfica. Después, porque esa adaptación ha obviado detalles que en los libros pasaban a ser puro relleno para llenar páginas. Y se ha centrado, de una manera un poco tramposa, en detalles más truculentos, en escenas que quedaban grabadas en medio de tanta página. Sé que alguien puede sentirse ofendido, pero esos libros merecían esas películas tan suecas, tan telefílmicas de domingo por la tarde donde la ves hasta el final sólo para saber como coño acaba. Y creo que esto debe poner las cosas en su sitio pues Stieg Larsson no creo que se merezca el pobre el ser ridiculizado si se le pone en medio de literatos. Escribió con un estilo decente libros con cierta intriga y personajes (un pelo estereotipados ) de los que uno recuerda el nombre pasados unos meses, que ya es más de lo que muchos han hecho.
No 6Q, no sé si tú tienes ganas de que yo te vete aquí pero no vas a conseguirlo ( están los tiempos para despreciar clientes ). Primero porque el debate del voto selectivo ( que creo recordar que pasaba en la antigua Grecia, y yo de los griegos tengo pocas costumbres adquiridas y no va con ningún tipo de segundas ) ya lo vengo oyendo yo de boca de personas crispadas por el hecho de acatar siempre opiniones basadas en la pura lógica matemática ( harto de estoy de explicar a mis hijos que una familia no se gestiona por la democracia, y no digamos las empresas ). Difícil mes hablar de ésto y ponerse en el incómodo costado donde pueden acabarte llamando de todo. Y si Augusto Algueró murió me ha recordado cierta anécdota personal relacionada. Hace quizás más de 15 años en T5 salió un pequeño anuncio de auto-promoción con una música que me encantaba. El caso es que yo tenía ese disco pero entre la ingente cantidad no localizaba el tema de marras y esto me daba mucha rabia. Me dió por llamar a T5 para preguntar por esa música a ver si alguien podía facilitarme su título y autor ( estaba, estoy así de colgado ). El caso es que me acabaron pasando con el encargado de los temas musicales de la cadena, que resultó ser Augusto Algueró hijo, el cual muy amablemente tomó nota de mi teléfono para llamarme y darme esa información. Llamada que aún estoy esperando. Y sigo sin localizar el tema, cuya coda está aún en mi cabeza.
Algueró padre, como por ejemplo Alfonso Santisteban, forman parte de cierto imaginario de los que tenemos más de 40. Sábados por la noche, películas casposas, orquestas en play back, una especie de kitsch que con el paso de los años ( y la tan repetida perspectiva ) nos acaba pareciendo entrañable aunque sea por una simplona asociación de ideas ( donde la frase La patria de un hombre es su infancia tendría su peso específicos ). Claro que uno y el otro debieron componer buena música que necesitamos desnudar de tanta imagen y torpedeo de nuestro subconsciente plagado de recuerdos. A ver si lo consigo, pues recuerdo haber visto La saga de los Rius.
Y no debería, pero dado el escaso eco de lo que aquí acontece, debo pediros vuestro feedback sobre que algo como Cuéntame sea el fenómeno que es en este país, entre cierta gente de ciertos sitios y ciertas edades.
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