No querría que el año acabase sin hacer un comentario que quizás a algunos os sorprenda. Como os he comentado en ocasiones, uno tiene derecho a ciertas opiniones poco coherentes.
Cuán agradecidos debemos estar todos los que convivimos en este Estado a la institución de la monarquía. Qué nos hubiesen deparado ciertos momentos de la historia de las últimas décadas ( 1981-1992-2001-hoy mismo) de no contar con la intervención de unos monarcas modernos y ecuánimes, jamás por fortuna lo sabremos. Personas humildes, justas, sacrificadas al servicio de sus súbditos, a los que siempre han tratado como semejantes. Personas de proceder recto y vida ejemplar en lo personal.
Quién si no un rey como el nuestro se sacrificaría a trabajar la noche de Navidad, cuando debe dirigirse a toda una nación más pendiente de llenarse el estómago y remojar el gaznate. Y él debe meditar, y lo hace desde semanas, qué nos va a decir, pues nuestro destino queda indeleblemente unido al consejo que nos da. Quién si no, hubiese pasado invierno tras invierno obligado, con tal de dar ejemplo, a la práctica de deportes de riesgo en Baqueira, expuesto al frío, o pasando calor y privaciones en veleros en alta mar. Y sus continuos viajes a todo el mundo, con lo bién que se está en casa, y el engorro de volver cargado con todos los obsequios que reciben ( a los que luego hay que buscar espacio entre todos los envíados directamente a palacio ). El compromiso de administrar y saber en qué gastar ( dudando entre varias firmas de lujo ) el dinero que anualmente, se les obliga a admitir. Lo dicen grandes historiadores, de entre los cuales Setneconi es una gran referencia a consultar al menos una vez al año : monarcas como los Borbones son los que hacen grande una nación ( y la hacen libre también ). Encima sus hijos e hijas, sus nietos y nietas, son rubios y guapos. Por suerte se desprendieron del garbanzo negro que daba mal ejemplo, moreno y con ostensible cojera, despues de tantas oportunidades que se le brindaron, era lo que había que hacer. Pero los demás, todos ellos ejemplos de dedicación al prójimo, ajenos a los caprichos y lujos superfluos tan dados en la vacía y nula en valores juventud de hoy en día. Felipe : trabajador y responsable, Letizia, humilde y discreta. Dios nuestro señor les guarde muchos años con salud, y de paso bendiga a quien tan sabiamente les otorgó las riendas de nuestra gran nación. No debemos olvidarle a él tampoco.
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