LLAMAR LA ATENCION

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Increíbles ciertos países, no ??

Me estimula potentemente la imaginación ponerle cara ( el pelo no, es rubio por supuesto ) a ese lector en Dinamarca. Roberto Bolaño alquiló un pequeño estudio en Blanes, para escribir tranquilo allí. Había un armario, y pidió que pusieran su escritorio frente al armario, que nunca llegó a abrir. Ver el armario, imaginar lo que podía haber habido en él, o lo que quizás aún había, le ayudaba a estimular su imaginación. Confieso que aún no he leído un libro de él que tengo en casa, pues es el último que me queda, y sé que cuando lo acabe, posiblemente no haya más. Es como ver el último capítulo de la última temporada de una gran serie ( qué pesadito estoy con las series, pero al menos no puse ejemplos !!). Ahí se acaba todo, despues, el vacío, la angustia, la búsqueda, la esperanza de notar otra vez el cosquilleo.

Me queda Quim Monzó, claro, del cual me reconozco deudor. Hacía días que yo quería hablar de un tema y ayer el hombre va y se me adelanta con una (certera ) mención en su artículo en LV. El tema de los cooperantes de las ONGs pijas ( que las hay, claro ), esas caravanas humanitarias ( eso sí, en 4x4 y patrocinadas por alguna agencia de viajes extremos ), y todo ese apestosísimo rollo ecoyuppie que me da bastante grima. De ahí he pasado a enterarme que uno de los tres secuestrados en Mauritania ha solicitado ( creo entrever un abogado ahí ) una indemnización económica ( 48.000 euros del ala ) por considerarse víctima del terrorismo, más una pensión por la secuela física que ha sufrido. Muy ONG, sí señor. Y he recordado el recadito de Pilar Rahola a Judit Mascó, muy dispuesta asistente a estos eventos, eso sí, siempre dispuesta a que le hagan la fotico y que todo el mundo se entere de lo muy buena que nos ha salido ( pasando de buenorra a buena ). Personalmente, no he hecho en mi vida una donación a una ONG o esas cosas. No voy tan sobrado como para no pensar que yo mismo pueda necesitar ese dinero algún día. Sé que el mundo es un injusto ( y cruel, y desigual, e indiferente ) lugar donde mucha gente mata por lo que nosotros los afortunados occidentales tiramos al contenedor casi cada día. Lo reconozco y punto, de solidario, bién poquito. Pero conozco el pelaje, y sé muy bién de que hablo. Hablo de directivos con sueldos de 6 cifras ( en euros, of course ) yendo a darle lapiceros de colores y yogurcitos con una cuchara a pobres niños desahuciados de países subsaharianos , limpiándose bien rapidito ( las manos y la conciencia y el sentimiento burgués de culpabilidad ) y volviendo a su hotel o su tienda de campaña high-class, y despues a su país y a sus quehaceres habituales, que pueden ser pulirse a unos cuantos trabajadores, bien blancos todos ellos,  para equilibrar la cuenta de explotación. Hablo de gente que evade y esconde todos los impuestos que pueden pero luego venden abalorios para ayudar a tribus amazónicas ( de paso asegurándose que sigan ahí ).