Que quede claro : ésto no es un trabajo, sino, ( especialmente hoy, con tres comentarios y una petición muy especial para que no deje de escribir ) un gratificante placer. Es como el punto final a una jornada, va Francesc, acaba esto y a la cama. Podría, algún día, quedar dormido sobre el teclado, pero cierto subidón de adrenalina me lo impide.
Por lo tanto, el día 29 también pienso escribir aquí.
Y qué hay de lo otro.
Veamos : ya he pasado más de la mitad de mi vida trabajando. Lo duro que está siendo estos últimos años, pocos lo sabemos. Soy un trabajador. Mi familia depende de mi salario. La crisis es muy jodida y da fuerte a todos. Pero leo el periódico y leo los miles de personas ( podría decir familias, pero no querría ser populista ) que han tenido que devolver sus casas al banco por no poder afrontar la cuota de la hipoteca. Sé de gente, cercana, que vé como se agota su prestación de desempleo y no saben qué harán. Por muy necesario que ésto sea, despidos a 20 días significan, a ciertos niveles, que te llevas 6, 7 meses de salario, más el paro, y búscate la vida en medio de este enrrarecido panorama, y eso con suerte.
Por contra, no sé de muchos empresarios que hayan tenido que devolver su casa al banco, todo lo más, y tampoco sé de ninguno, su segunda residencia, o algún cochazo de esos excesivamente opulentos ( de ésos que dejan niños en las escuelas de la parte alta de la ciudad ). Y pensándolo un rato, no conozco tampoco ninguno de ésos. También leo por todas partes que los responsables de toda esta situación son los bancos, esos entrañables expertos en ofrecerte un paraguas cuando no llueve. Sus contratos swap, sus hipotecas revolving. Ahora zas, dinero público, fusiones, restricciones crediticias, ayudadnos ciudadanos, ayudadnos gobierno. Prefiero no saber lo que ha ganado el banco de Botín. Que nadie me lo diga. Por eso, no sé aún qué decisión tomaré, pero no quiero, un día más o menos lejano, que algún amigo o conocido o familiar, o uno mismo, se vuelva a casa con la cabeza baja y una cantidad miserable escrita en un cheque, el agobio de temer al futuro y yo, al menos, no haber tomado una posición. La función social de la empresa es crear empleo; no se pueden cambiar las reglas a medio partido.
Sobre el tema Islam : a pesar de todo, los comentarios están revestidos de cierto precavido respeto. Sí, tenemos todos un poco de miedo.
Y como aquí, a la nostra terra, sí podemos oir toda la música que nos salga del forro ( y que quepa en nuestro disco duro ) :Un poco de blues obrero, sudoroso, más primario de lo usual aquí, pero tan descarnado como inmediato : El ejército de las siete naciones.
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