dilluns, 5 de juliol del 2010

ORA ET LABORA

Vaya vaya.
Empecé este blog con ciertas intenciones diré, suavemente, un pelo pretenciosas, básicamente mi obsesión más absoluta y que es una línea que recorre mi vida desde hace muchos años es música, música y más música. Canciones, estrofas, secciones de cuerda, líneas de bajo que son la espina dorsal de canciones, bajos secuenciados que retumban hasta explotar. Pero la gente coge y se fija en el tema de la política, que quizás quise abordar tangencialmente y ya estamos en el centro de él. Como no están los tiempos para rechazar comentarios, más cuando uno sólo tiene dos, de dos personas bien diferentes ( por favor, no viajéis nunca los dos en el mismo avión !!), pues si he de volver al tema, ya, un día, pero descansemos.
Ayer, domingo, no publiqué entrada alguna. Trabajé algún aspecto gráfico del blog, averigüé que quiere decir monetizar, colgué la imagen de Piedra, papel tijera. Explicaré : es un juego la mar de sencillo, pero me gusta el concepto : nadie gana siempre, nadie pierde siempre, ganas o pierdes no sólo por tu elección sino por la que haga el oponente, es decir, influyes tú y el entorno, pero no hay una apuesta segura, las circunstancias pueden cambiar. También podrías empatar eternamente. Ya está. Tampoco es el ajedrez, vale ?
Lunes caluroso : se acercan las vacaciones. Tengo hijos, me gusta estar con ellos y me gusta que en esta época no tengan nada que hacer, simplemente vaguen haciendo lo que les apetezca, es algo primario pero a los adultos, si yo soy uno de esos, me da la impresión de que nos parece un plan envidiable, ya que una vez te metes en la vorágine del trabajo, tiempo para el "dolce far niente" es lo que escasea. Contrariamente a lo que los adultos hacemos, siempre buscando algo nuevo que hacer, mis hijos se divierten viendo varias veces las mismas películas, que repiten hasta casi aprender sus diálogos. Sería mucho pedirles rastrear la biblioteca, o la discoteca paterna ?
Bueno, centrémonos. Gustos inconfesables, o poco ortodoxos, todos tenemos. Al lado del geek, y del freak, convive un snob que forma parte de la enorme masa obsesionada en desmarcarse de los gustos de la masa. Me bajé, hace ya un año o así, un disco de Bebe, movido por un comentario en un programa de radio hablando de su excelente producción. Sinceramente no esperaba gran cosa, por ejemplo, ni me gusta su primer disco, ni la canción de la entradilla de Aida ( serie que me ha decepcionado por completo en su caída en barrena hacia la más gratuita y descontrolada chabacanería ). Pero dos canciones de ese disco me tienen robada el alma, primero por la fuerza y precisión de su parte sonora ( realmente la producción de Carlos Jean es algo deslumbrante ), despues por la poética de su letra. No tengo ni idea si ese disco tuvo o no éxito, pero tras un año en que esas canciones siguen quedándose en mi cabeza para días cuando las oigo, mil respetos, aunque sea comercial, poco cool, en fin, lo más alejado de la música que quieres que alguien te vea oyendo.

Por lo tanto, dos canciones del día, un lunes que no ha sido el peor de los lunes, y que, concentrado en el trabajo, ensimismado tarareándolas sin cesar quizás haya sido algo mejor, sin acercarse a viernes. No jodamos.

Bebe : No más llorá (por favor la versión del disco, las tomas en vivo hacen perder la fuerza sonora de la versión de estudio, con el monstruoso bajo en crescendo)
Bebe : Me fui ( con el arranque imparable en el puente de la segunda estrofa, y la palabra "mierda" sonando contundente)

Y a los que me llamen hortera por esta inserción, paciencia, ya os pillaré.

2 comentaris:

  1. Aquí quería yo llegar. O remontarme. Este post es memorable, Francesc. El blog se derrumbaría muy amablemente si un día borrara este texto por error. Un punto débil que no conviene señalar. ¡Uy! Perdon.

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  2. Buenas: imposible que te responda los diez o doce comentarios, porque así me he quedado, reconcomido de vergüenza de principiante. Tanto que no me reconozco en estos bisoños posts iniciales, desorientados y desorientantes, puritos palos de ciego donde no sabía a quien dirigirme, si a amigos de la infancia, compañeros de trabajo o empleados de oficina aburridos (sin descartar que hubiera personas que cumplieran más de una de estas condiciones). Creo que mejoré, pero no estoy convencido en firme de ello hasta finales de noviembre, o así. Pero entonces sí: 22 o 23 de noviembre ya me pilla desbocado.

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