Horacio tiene razón. El mes de abril de 2016 tendrá el dudoso honor de ser el primero en la historia de este blog en que no haya publicado ningún post. Y Horacio tiene, otra vez, razón: el post del 25 de marzo coincide con el tercer aniversario del que dediqué a Estes, pintor ultrarrealista. Post que suscitó comentarios que, como siempre, se alejaban del tema central. Qué tiempos. Y no es que la impaciencia por escribir que me caracterizaba haya disminuido: ha disminuido el tiempo que puedo dedicar a ello. Sin olvidar ese funesto efecto de círculo vicioso, cuando la presión que uno se auto impone deviene exigencia con las pocas ideas que surgen, uno se coloca el listón alto y olvida cómo se alcanzaron algunos momentos memorables: a base de escribir y escribir hasta que algo relucía entre el barro. Ese es el único secreto y ni siquiera es infalible. Y no creáis que en todas estas semanas no me han ido surgiendo posibles temas sobre los que hablar. Era solamente cuestión de que ninguno de ellos se fijaba de tal forma que diera lugar a un texto consistente. Quizás no escritos, pero pensados ha habido unos cuantos borradores. Si ninguno de ello cuajó seguro que fue porque no debían merecer la pena pero tampoco puedo aseverarlo. Sería estúpido buscar pretextos a esta discontinuidad. La verdad es que mis ganas de escribir siguen ahí y se mitigan en ese otro blog donde escribo sobre libros. Pero también es verdad que no puede ser lo mismo, Sé a quienes me dirijo aquí. Así que he de rebuscar temas, sí, he de encontrar alguno que tenga tirón. pues los posts donde hago repaso sobre diversas cosas y lo zanjo en unas pocas frases dicen poco de mí. No puedo despachar las cosas tan rápido. Debo encontrar un tema en el que insistir y sobre el que edificar un pequeño castillo de naipes. La cosa no es tan fácil, pues estoy evitando de forma premeditada el hablar sobre dos temas: el fútbol (pues hay algo que continua sin gustarme de todo ese Barça post-Guardiola y no sé qué es) y la política (pues a todos los niveles y en todos los formatos los políticos, con poquísimas excepciones, me están decepcionando, sobre todo en su lentitud e incapacidad en traspasar a la realidad las esperanzas de la calle). Y no dispongo de tiempo para series de decenas de capítulos. Me he desconectado y estoy descontento con ello.
Así que he de pediros que me sugiráis cosas. Las que sea. Cualquiera me vale para retomar un hilo de diálogo que no iba a romperse pero era débil.