Bien: si he de ser sincero diré que optaba por otro tema hoy, en concreto mi intención era extenderme mínimamente sobre un libro de Mario Bellatín, una breve novela llamada "Damas chinas". Iba a ser conciso y algo sarcástico, sobre el hecho de que fuera un libro donde el protagonista era un ginecólogo, y que su segunda parte era una especie de trip extraño donde la narración de un niño despejaba algunas de las dudas que la primera parte (que era la descripción de la existencia del ginecólogo, de como visitaba casas de citas con un curioso calendario de planificación, y otros hechos destacables, incluyendo el fallecimiento por sobredosis de un hijo). Iba a mencionar otros libros con pasajes absurdos e incoherentes, como "La ciudad" de Mario Levrero, iba a apostillar casi descuidadamente que por fín había acabado un libro de Don DeLillo, "Cosmópolis", que al final me había parecido justo lo que al principio: un rollo inasumible por ninguna inteligencia medianamente desarrollada (o sea, a veces la inteligencia sirve para no entender las tonterías, no para entenderlas mejor). Iba a decir que qué curioso, que "Cosmópolis" había sido adaptada al cine por Cronenberg, con apreciación crítica similar a la mía sobre el libro. Iba a concluir esas líneas con una curiosa alusión a la teoría de los seis grados, pues Cronenberg había dirigido hace unos años "Inseparables", historia de ginecólogos gemelos protagonizada por Jeremy Irons, y que en mi universo mental y en esa teoría del caos que es el universo (no el mental, el que consideramos físico) que es la que dictamina que ése sea el libro que poseo de DeLillo y ése sea el libro breve que reseño precipitadamente para completar cierta semana de la literatura mexicana, parece que alguien se empeñe en trazar curiosas coincidencias.
Eso hubiera llenado, con mi capacidad de divagar y con mi astucia de encontrar siempre alguna expresión más larga de lo que debería para expresar lo que quiere, un número de líneas ciertamente más elevado.
Pero un ministro de esa especie de copia cutre del III Reich que es el gobierno actual de esa entelequia casposa llamada España (pero pronunciada Ejpaña) ha presentado un proyecto de ley (que con la mayoría dictatorial de que dispone la ultraderecha sólo será modificado para empeorarlo) que hará que el catalán, idioma de mi nación, sea relegado a una posición ridícula en el sistema educativo. Justa reciprocidad al encono con el que todos los candidatos a las recientes elecciones se han empeñado en enfatizar que la lengua española (o castellano) era un patrimonio, también, de Catalunya.
Ya me da igual el nombre del tipo que lo consiga, con tal de que nos saque de aquí.
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