DECALOGO VOLUBLE: DESARROLLO DEL PUNTO 6

A veces una cuestión excesivamente esquemática acaba sacrificando información importante en base a la precisión.

Ayudado por la oportuna inspiración de un todavía anónimo autor de comentarios, he decidido concretar el plan que tiene por objetivo final librar al planeta entero de todos esos tipos aburridos y pretenciosos que escriben y publican libros de autoayuda. Ojo. Como el Coronel Landa, sabemos de lo inteligente que puede ser un escritor de autoayuda para disfrazar sus obras de aparente ficción y trufarlas de alegorías y moralejas en las cuales personas vulnerables o emocionalmente frágiles acaban viéndose reflejadas. O sea: sabemos que la autoayuda no sólo se nos muestra en su forma de ensayo estructurado, sino que a veces usa disfraces de ficción teatro o poesía.

Confinar a los autores y editores de autoayuda en un paisaje idílico, aislados de la humanidad que ha sido su víctima es, otorgarles el regalo que seguramente perseguían.

Así que la propuesta es meterlos a todos en una nave industrial en algún polígono de una zona escasamente poblada en un país particularmente relajado en lo que a normativa medioambiental se refiere. Así que ni islas ni mares donde contemplar puestas de sol inspiradoras. Un riachuelo arrastrando  espuma no biodegradable de colores y olores sospechosos, como mucho. La lejanía de un desierto llano y con un aspecto ligeramente enfermizo.

Dejaremos que Coelho y Bucay estén al mando en lo que a los aspectos logísticos se refiere. Son personalidades poderosamente endiosadas y negarles protagonismo en el proceso de su autoconfinamiento podría ser contraproducente. Otorguémosles galones mientras ayudan y luego ya les aclararemos cómo cambian sus funciones.

El plan es confinarles en una gran nave, bajo el pretexto de una importante convención de rescate de la humanidad, junto a todos los recursos alimenticios y sanitarios que puedan precisar para su existencia. El plan es, también, que este aislamiento sea total, y que, en todo caso, nos limitemos a pasarles, a través de ventanillas, copias de sus propias obras para que puedan gestionar y solucionar eventuales problemas que puedan derivarse de su convivencia junto a semejantes. Tal como ellos pretendían hacer con la gente de a pie.

Os preguntaréis a qué viene tanta acritud: esta mañana vi un anuncio en un autobús en Barcelona. Esos anuncios no son baratos, y muy rara vez recuerdo haber visto ahí un libro anunciado. Ropa, eventos artísticos o deportivos, centros comerciales. Pero jamás un libro: hoy veo anunciado este libro de aquí al lado. Una mera búsqueda confirma no mis temores, sino mi seguridad.

La magia de la logística emocional.

Es suficiente la portada, el título, y ese subtítulo para imaginar la basura que pretenden vendernos por 16 euros.

Sr. Alcober: tiene Vd. este honor. No me acababa de decidir qué hacer con todos esos escritores, como Vd. que abandonan carreras profesionales llenas de cargos directivos para regalar a la humanidad, por tan módico precio, la clave definitiva que la conduce, por fín, al camino del bien.

Este libro suyo ha sido de gran ayuda. Sin pagarlo ni leerlo.
Claro.