Pensando en genes dominantes y recesivos y otras entelequias científicas, de aquellas que se tratan a veces con excesiva ligereza en series televisivas, me planteo si el gusto por la música que está desarrollando mi hija es una influencia genética o puramente situacional. Que la inquietud propia de esa especie de obsesión es también un efecto que se extiende rápidamente. Quiere oír más reggae, y yo debo explicarle que el reggae y el dub extienden su influencia sobre mucha música desde que allá por los 60 o los 70 algunos jamaicanos empezaron a pasearse por Londres (o por NY) con su música a cuestas. Que eso pringó discos de los Clash, muy visiblemente, pero también de figuras tan heterogéneas como Eric Clapton, Boney M, Electribe 101, Herman Dune o toda la obra de Weatherall. Pero que el paciente cero de esa epidemia está domiciliado en desvencijadas salas que tan pronto eran estudios de grabación como bares como salones para jugar a tenis de mesa. Protagonizado por extraños seres con cuyo aspecto nos hemos familiarizado pasadas décadas. Tenía unos cuantos recopilatorios del sello Trojan (cajas con 3 cds compradas a precio de remate en el Fnac) y he ido explicándole poco a poco que ahí rara vez encontraría la inmediatez rítmica (y melódica y espiritual) de las canciones de Bob Marley (especialmente la tetralogía sagrada compuesta por Exodus-Kaya-Survival-Uprising). Así que, aunque le sea especialmente difícil memorizar las melodías, ya sabe por qué Lee Perry, y King Tubby, y Augustus Pablo tienen que ver en que ahora pueda despertarse cantando Misty morning.
Con semejante influencia, quién no caería en las acepciones actuales de una palabra como Trojan. Con ese rotundo casco que muestra su logo, había que acordarse del caballo de Troya, claro (y de los soldados de Salamina, pero hoy no toca).
La foto que abre este post ha sido relativamente publicitada estos días. Se trata de Urdangarín, sus labores, junto a Mikel Errekondo, diputado electo por Amaiur, famoso por haber sido el representante que se entrevistó con el rey, imagen que dio pie a una foto grave, solemne, seria (aunque al menos no ha trascendido que el rey tuviese la misma mala educación que tuvo con Jon Idígoras hace lustros). Ambos coincidieron en la selección nacional de balonmano. Ahora ambos coinciden en ser vilipendiados al alimón por cierto sector de medios de comunicación.
Es Urdangarín un caballo de Troya?. Vasco, afincado en Catalunya, en algún momento del pasado catalanoparlante, parece que no hablaba euskera, por eso, jugador del Barça... es un virus inoculado en vena a la realeza, a través de su físico al gusto de infantas?. La bomba escondida tras años, a la que se ha activado la espoleta en un momento particularmente comprometido?. No hay dinero por ningún lado, y él tío se lo agencia a espuertas. Camps y Matas, liados por medio. Todo el mundo cuestiona por doquier el dinero que malgasta esta gente, y nos enteramos que con eso no es suficiente, que también había que sacarse un dinerillo con un pluri. El patriarca sale en Navidad y habla de justicia para todos (frase emblema del juramento a la bandera USA). Ni en los mejores guiones nadie orquestaría un mejor plan. Tan sofisticado que me hace descartar, de una tacada, a toda la plana de honor de un torpe partido capaz de organizar unas elecciones en un 20-N, unas elecciones en las que saben de antemano que van a sufrir un severo vapuleo. No.
Y Amaiur, y el concierto económico vasco, y el fin de ETA. Tantos años proclamando el ejemplo que dábamos (o pretndíamos dar) en Catalunya con la paz y el diálogo, para darse cuenta de que quizás no era el camino. Amaiur, más del 20 %. ERC, menos del 10 %.
Ojo. ERC había sacado siempre cifras inferiores al 10% en las autonómicas (8'67% en 1999) hasta que en el 2003 llegó al 16'47% a base de escoger bien sus batallas, fundamentadas en la razón más que en "la ceba". Luego confundió el significado de "simpatizante" con el de "afiliado", y una serie consecutiva de "nyaps" la volvieron a poner en la cola. No por ataques externos, que eso siempre ha sido un incentivo, sino por deméritos propios.
ResponEliminaLos partidos tienen que enfrentarse a la disyuntiva de gobernar con los votos de los simpatizantes o con los de los afiliados. Yo me decanto por lo primero, aunque entiendo que su meta sea lo segundo. Una cosa es la política interna de partido, que es lógico que dirijan los afiliados. Otra muy distinta la interrelación con los demás partidos, que exige mayor altura de miras por parte de los dirigentes.
Amaiur está ahora en la misma situación. Veremos como se maneja. Si va ganando simpatizantes a la larga tendrá más afiliados. Si las bases han de decidirlo todo, probablemente el techo vaya bajando.
Sea como sea será apasionante ver el resultado.
Para bien o para mal, la democracia es ecléctica. De lo que se trata es de convencer y no solo de vencer. Y yo me alegro.
6Q
En fín, 6Q, que no me gusta siempre caer de pies en el cubo de la política, pero parece que no podemos escaparnos !!
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