Cierto es que voluntad y actitud no me faltan: pero otra cosa es que esos dos sean los componentes necesarios para compensar el talento. Siempre pongo el mismo ejemplo: tengo unas ganas inmensas de ser neurocirujano, una vocación absoluta, pero eso no hará que nadie me deje operarle el cerebro. Entonces cuando me bloqueo, como hará unas cuantas semanas, necesito empujones, collejas, pescozones, lo que sea. De gente que es inconsciente de que me los da?. Es igual, la reacción se produce y hay un tímido despertar. Porque odiaría dar la sensación de que me atribuyo importancia alguna.
John Self publica un excelente post donde, telegráficamente (precisión quirúrgica), analiza un poco algún que otro hecho del mundo que nos rodea. Me tiro encima a comentar, ganas me daban de ser tramposo y copiar ese comentario, aderezarlo y alterarlo hasta convertirlo en un post propio con todas las de la ley. Una especie de autoplagio inspirado externamente. Pero no. John Self tiene su blog, tiene sus comentarios que gana con su escritura, y es educado agradeciéndolos, cosa de la que yo, quizás porque la emoción me embarga, muchas veces olvido.
Casi a la par, 6Q (al lado de cuyo nombre debería aparecer culpable de una cierta parte de esto a establecer entre el 20 y el 30 por ciento), reemprende tímidamente hablando de Tarantino, de Jobim, de James Last y de la vejez, o no. Otro comentario mío, para demostrar que andaba con hambre.
Finalmente Lydia, que ya sería hora de revelar, y lo haré sin consultas previas, porque si estamos en un país donde los yernos se cascan seis, o más, millones de los nuevos, sin consultar al suegro, yo podré decir que Lydia es madre de 6Q, pues Lydia empieza a sobreponerse a los impedimentos técnicos y cuelga comentarios, que son doble alegría, por recibirlos (ahora sí me acuerdo, gracias !), y por el hecho implícito de saber de ella. Aunque se justifica (no hace falta, éste es aún, de momento, un país libre) por su escasa producción.
A lo que le respondo. Busca esa primera frase. O haz como yo, que ahora podría dar un triple salto mortal y escribir sobre lo que escribo para justificar que no escribo, para, con toda la barra, pretender dar ejemplo. Alguien no muy querido, pero no vendría al cuento explayarme, me hablaba un día de un relato de Cortázar sobre un tío poniéndose un jersey. Yo no voy a llegar a eso. Primero el cuello (lo aprendí de niño), luego una manga y la otra y ya te apañas. Pero se puede encontrar una primera frase, la de una canción que te evoque (luego ya ves que clase de sentimientos prefieres evocar y cuales mejor que no), un título que te equívoque, un anuncio, algo sacado de contexto, un pensamiento puro o impuro, la mirada de alguien sentado en una cafetería, o en como se parece la del coche de al lado a cualquiera de la televisión.
Bon, gracias…
ResponEliminaPero quizás porque estas fechas no me gustan, las letras que me vienen a la cabeza son tristes, o llegan tarde, por poner un ejemplo…Tenemos la mala costumbre de buscar excusas,
para no desnudar el alma y no asumir culpas
tenemos la mala costumbre de no apreciar lo que en verdad importa,
y sólo entonces te das cuenta de cuántas cosas hay que sobran.
Esperaré y seguro que vendrán a mi letras mas alegres