dissabte, 14 de maig del 2011

AREA DE INFLUENCIA

Por unos cuantos años, o así, esperé pacientemente encontrar otro disco en que encontrar, de nuevo, la sensación optimista, luminosa a la par que nocturna, que me provocó Dare de The Human League. Luz casi cegadora de Seconds, focos de marcialidad de Love action. Como dijo algún filósofo hindú de tres al cuarto - desconfío mucho de filósofos hindúes, lo siento mucho – si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas. Así que tardé un tiempo en darme cuenta que tendría que buscar otras sensaciones, pues esa no se repetiría. 
Con la misma intención me acerco, de tanto en tanto, a escritores más o menos influídos, o, directamente, de la misma corriente literaria de Roberto Bolaño. Probé con Rodrigo Fresán, pues Argentina queda al lado de Chile (un lado fronterizo muy prolongado, parece que Argentina vaya a darle un codazo para que todo Chile caiga al Pacífico), pero no he conseguido superar el arranque del libro (seguramente debería cogerlo en la biblioteca en vez de haberlo comprado). Y ahora he probado con Juan Villoro, mexicano, de ese México en que Bolaño vivió tras salir de Chile, de ese México que alumbró las correrías de Los detectives salvajes. A las pocas páginas Villoro ya había mencionado Irapuato, localidad misteriosa desde la que este blog es leído, y Sinaloa, localidad misteriosa que alberga un club de fútbol donde Pep Guardiola jugó una de sus últimas temporadas. Ese guiño me hizo proponerme concluir el libro, pasase lo que pasase. Llegadas sus últimas páginas, comprendí en una mención a cierto barbitúrico presente en la inflexión vocal de Jim Morrison, que no eran señales suficientes. La prosa de Villoro es certera, sus personajes son originales, sus relaciones son creíbles y uno pondría en boca de Bolaño algunas de esas reflexiones, pero no es suficiente. Puede que Villoro no sufra, aún, lo suficiente.


Devuelto el libro, cómo no, salgo de la biblioteca comprobando que es un bonito sitio, que puede que alguien lo arruine, pero que, de momento, parece que nada malo pueda ocurrirte ahí, que hoy en día es mucho decir. Pienso en esos tristes políticos que esperan a últimos días antes de campaña para sacar pecho por haber promovido que hayan sitios así. Pienso luego que ese dinero ha salido de mis impuestos, así que la pila de libros que acarreo sólo representa en su tambalearse la metáfora de un cierto regreso al equilibrio entre dar y recibir. Y paulatinamente una corriente de pensamientos me acaba llevando a uno de esos artículos en prensa que recopilan ciertos perfiles de candidatos a la alcaldía de Barcelona. Reparo en la edad. Todos andan en la cuarentena larga, Portabella ya en la cincuentena, pero Trias tiene ya 65. Siento, Lydia, lo del ya. Pero no puedo reprimirme. Parece que, igual que Mas no podía morirse sin presidir la Generalitat, Trias no pueda morirse sin ser alcalde de su ciudad. Pero su vida está más que solucionada, seguro, en lo económico. Hace años que vemos a Trias y que convivimos con su curioso (y caricaturizable) hablar. Ahora Trias quiere más que eso, y en tiempos de crisis, de generaciones ni-ni, de un paro juvenil que pone los pelos de punta (pues no es lo mismo aburrirse a los 55 que a los 25), quiere estar bién colocadito unos cuantos años más. Seguro que no lo hace por el dinero (seguro que no lo hace por el sexo, añadiría freudianamente), puede que considere que aportará cosas producto de su experiencia. Pero no creo que sea un buen ejemplo para nadie que se aferre a las poltronas, siempre será malinterpretado por patanes como yo. Yo no digo que vaya a votar a otro candidato porque sea más joven, pero ya ha habido bastante Trias para mí. No creo que sea lo que la ciudad necesita.

4 comentaris:

  1. Me pillas traduciendo un manual de laminadoras para un cliente que me compró una, y viendo la hora (1:10) y teniendo en cuenta que mañana me levanto a las 6:15...¡manda huevos! No te imaginas lo "apasionante" que es el mundo de las laminadoras, con sus rodillos, sus ejes, sus pedales,... Supongo que mi mujer pensará que estoy viendo pornografía, y si me insinuara algo no la iba a contradecir, pues si le digo la verdad, seguro que no me cree. Pero no están los tiempos para incumplir la palabra dada. Eso de "el hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras" se me “olvidó” momentáneamente una tarde en un taller de Amposta, y nada más comprometerme sabía que había metido la pata, pero bueno. El lunes vuelvo al cliente, el fin de semana lo tengo a tope de papeleo y si no me quito esto de encima, no cumpliré. Me tomo un descanso y me asomo a tu ventana. Veo que sigues devorando palabras impresas. Dijiste algo de un regalo de Guillermina: A sangre fría de Truman Capote. A mí me gustó. Si caes un día ya te contarás. Tanto de la novela como de la autora del regalo.
    Yo cumpliré con Bolaño cuando me quite de encima los dos tochos que me regalaron las chicas de la oficina por Sant Jordi. Bueno, te dejo….”Agir sur les molettes (Rep. 10)…” qué collons eran ‘les molettes’…

    6Q

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  2. El “ya” es correcto, Trias no...Bien por la biblioteca, yo también he mirado varias veces En el café de la juventud perdida, he leído los comentarios, se mas o menos de lo que va pero no he leído...

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  3. Molt bona pinta el blog. Ja t'he afegit a la meva llista. Ens mantenim en contacte
    Salut

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  4. molète , définition de molète , sens de l' molète - nf molette ( du lat mola, meule ) 1 Pièce cylindrique striée qui sert à actionner un mécanisme mobile Une clef à molette 2 Petit disque en acier dur, servant à couper, graver les corps durs; outil muni d'un tel disque Une molette de vitrier 3 Partie mobile de l'éperon, en forme de roue étoilée, et qui sert à piquer les flancs du cheval et voilé ..

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