A de amiguete. Pues sí, el autor de este libro y yo solíamos escribir en el mismo blog, antes de que los compromisos editoriales le enjugaran el escaso tiempo libre y lo acapararan para otros menesteres. Ahora es una sombra que planea sobre el blog y sus aportaciones son más mentales que físicas. Qué le haremos.
B de Barcelona. Y nuestro momento de coincidencia espacio-temporal en el planeta fue en mi ciudad. Lejos de buscar uno de esos bares ultra-cool que abarrotan la ciudad basándose en el hecho de intercambiar sobreprecios en las cervezas a cambio de la posibilidad de la presencia incógnita y desapercibida de alguna celebridad de medio pelo, miembro de tercera categoría del decadente y depauperado star-system, lejos de pasarnos el escaso ratito dudando, nos sentamos en una de esas terrazas clónicas de sillas clónicas de bares clónicos en calles clónicas (estar en Gracia y pasar al otro lado de la calle Bailén) atendidos, sí, por chinos clónicos.
C de cosas. Pasaban cosas: la gente vive en las terrazas en agosto, las ventanas están abiertas y los ruidos de los coches que frenaban con brusquedad hicieron que prestáramos atención a otras cosas.
D de debate. La cuestión política era ineludible, un vasco y un catalán hablando sobre la cuestión de moda.
E de ETA. Yo le dije qué pensaba y él me aportó una perspectiva.
F de fútbol. También sabe que confío en el Tata Martino al margen de que los nombres que uno emplea sean más o menos desacertados y de que la directiva actual del Barça represente para mí el paradigma de todo lo que me repugna en la trayectoria empresarial. El secretismo, el silencio traicionero, lo sibilino. Uy, cuántas S, y estamos por la F.
G de Gustau. Me vendió, ese mismo día, El ruido y la furia , de Faulkner, por 1 Euro. Lo hizo ante un testigo para que todo el mundo lo sepa.
H de Horacio. Un intermedio. Este hombre hace mucho que no comenta.
I de Iván Repila. Iván Repila es uno de esos escritores jóvenes que es mencionado a menudo cuando se habla de grandes promesas de la narrativa en castellano. En dos novelas ha demostrado ser capaz de aquello tan celebrado que es mostrar diferentes registros. O sea, pasar del desenfreno tarantiniano y esperpéntico de Una comedia canalla al tono solemne de esta espléndida El niño que robó el caballo de Atila, novela árida y cercana a lo mágico que me he zampado en menos de dos horas.
J de Jenn Díaz, más conocida como Fusa, es de esas personas que he conocido a través del mundo blogger. Bien, hoy sale su foto en La Vanguardia junto a otros escritores alrededor de la treintena (edad que la muy desvergonzada ni siquiera está cerca de alcanzar) y ello me ha dejado no sorprendido sino, digamos, confirmado. Y estooo. Ya sé que dije que no compraría muchas más veces La Vanguardia.
K de Kentucky, estado que en el siglo XIX aún toleraba la esclavitud.
L de lluvia, lluvia continua y seguro que benévola que ha transformado un fin de semana en una especie de tour de force literaria.
M de Moritz. Cerveza de la nación catalana, aunque todo puede que sea una operación de marketing. En cualquier caso, desde que descubrí que la cerveza Damm contenía arroz, yo dije que no, que el arroz es para las paellas.
N de Nick Cave. Parece que le ven algo de blues a este hombre. Yo diría que es el primer crooner punk, porque a Sid Vicious lo de cantar My Way no pareció sentarle muy bien.
O de Orgullo. Pues va el tío y alardea de haberme conocido ante la gente de ULAD.
P de publicaciones en idiomas como el francés o el italiano. Que parece que están en marcha.
Q de qué. ¿Qué explica el libro? Pues cómo dos niños hermanos (Pequeño y Grande) están en el fondo de un pozo en medio del bosque. Sin más que suponer el motivo. Su día a día y sus intentos, y todo lo que suscita una convivencia tan forzada en una situación tan extrema.
R de Raval. El barrio, junto a Gràcia y el Born, más acanallado de Barcelona. O eso era: donde cenan los escritores y donde hay bares de absenta.
S de simbolismo: el libro de Repila merece muchas interpretaciones, y algunas de las que he oído son bastante descabelladas. Para mí es un libro de crisis económica galopante, de crueldad casi oriental y de reto personal. Solo espero que ningún gurú de la motivación empresarial se lo lea y lo convierta en uno de esos repugnantes artefactos motivadores como Quién se ha llevado mi queso. Sí: es TAN susceptible de ser interpretado.
T de tabaco. Fumas demasiado, machote.
U de una. Una opinión sincera, porque no me perdonaría otra cosa. Pues el libro es magnífico aunque tiene algún detalle algo ingenuo en algún punto, alguna línea de diálogo un poco forzada, pero que no impide que el resultado global sea muy notable. Más para estos tiempos que corren: al lado de la fuerza visual de su primer libro, el enorme abanico de interpretaciones posibles hace de esta novela breve e intensa un óptimo instrumento de búsquedas y relecturas que ignoro si el autor contemplaba cuando concibió el libro. Eso debería traducirse en ventas y en aullidos críticos, aunque también se corre el riesgo de ser acusado de pretencioso o visionario. Que yo sé que no, pero otros no lo saben.
V de Valencia. También hablamos de Valencia, como no, y me arriesgaré a mal recordar nuestra queja de cómo una ciudad tan luminosa y tan mediterránea ha sido entristecida por la voraz política de expolio de un PP desbocado.
W de Walker, Scott. The Old Man's Back Again es la canción que aproveché para promocionar. Los laterales de la Diagonal y el no prestar suficiente atención al tráfico es lo que vienen a tener.
X Estáis de coña si pensáis que voy a empotrar aquí una frase con xilófono. Vamos.
Y de ya. Ya está acabándose este suplicio
Z de Zaragoza. Lugar de residencia, nadie sabe si definitiva o no, de un señor al que, entre otros, la pelota de libros como el de Repila se le ha colado en el tejado (o en la cancha) y tienen, deben, diría, que devolverla convenientemente. Lo harán, hombre.