dilluns, 23 d’abril del 2012

LIBERTAD, escrito por JONATHAN FRANZEN


La opinión más generalizada sobre la gente que ejerce la crítica, aunque sea, como es mi caso, de una manera amateur, es una algo sesgada descalificación. Somos músicos/escritores/directores de cine frustrados, y el canal de salida de esa frustración es poner pegas a la obra de aquellos que, valientes, la entregan al público. Diada de Sant Jordi, hoy LV publica a doble página un curioso esquema de 7 pasos que configuran el ciclo vital de un libro desde su concepción por el autor hasta que llega al bolsillo de quien (supuestamente, estamos en Sant Jordi) acabará leyéndolo. Curioso, cuando internet ahorra un mínimo de cinco de esos pasos. Si yo, escritor supuestamente frustrado, me decidiera a escribir aquí una novela y a colgarla por capítulos, o entera, ni tan siquiera haría falta que nadie la leyera para considerarla una obra acabada y difundida. Aún así, LV, que encadena (su tratamiento estelar del tema de Juanca y el elefante es merecedor del premio anual a la tibieza) demasiados errores, demasiadas pistas que la acercan a esa tierra de nadie que es el país de lo políticamente correcto, enfatiza el papel de agentes y editores y correctores de estilo, como depuradores que convierten el agua que brota del manantial del escritor en potable y bebible.


No sé si este proceso ha sido necesario con Libertad. Primero, porque veo a Franzen en una posición de fuerza, la que te da vender siete cifras. Después, porque se me hace imposible que cualquiera de esos intermediarios que, supongo, justificarán su sueldo calculando el impacto en ventas que representa poner tal o cual párrafo, publicar en esta o en otra fecha, usar la portada con el pájaro frente al lago, u optar por alguna otra (nunca lo sabremos) más procaz, hayan tenido intervenciones decisivas. Está claro que cualquiera puede encontrar algún pasaje que se hace algo largo o alguna cuestión levemente prescindible en medio de 667 páginas. La cuestión es que, sean 10, o sean 20 las páginas que alguien quisquilloso y perfeccionista eliminaría, el resto son 657, o 647 páginas restantes de prosa precisa al servicio de un vendaval imaginativo de alto octanaje. Franzen no se conforma con describir el presente del personaje (no de uno, de bastantes), que sería lo que daría ya valor a los hechos. Cuadra como ese presente se configura en función de su pasado, de los hechos infantiles y juveniles, de su orden en el número de hermanos, de padres o madres más o menos estrictos o más o menos coherentes con sus idearios. Ya mencioné, en esas extrañas pre-críticas que se me ocurren cuando ando liado en un libro que lleva su tiempo, a Houellebecq como una influencia tangencial, que usa sus personajes para lanzar diatribas (sutiles, que no llevan a exabruptos) contra la corroída sociedad capitalista, o el sistema educativo. Que emplea los personajes como altavoces de opiniones propias. 



Terriblemente visual, Libertad cuenta con la enorme ventaja de su rabiosa contemporaneidad. Todo parece estarle pasando a gente que podemos cruzarnos por la escalera o en barrios en los que vivamos. O a conocidos directos. Todo es perfectamente creíble en nuestro extraño mundo de hoy. Franzen podría ser Follett si se lo propusiera, y cada uno de los extensos capítulos (alguno superior a las 100 páginas) que configuran el libro, darían para una alargada novela de 400 o 500 páginas, y Libertad sería una serie de varios libros con las peripecias de una familia, generaciones atrás y generaciones adelante, con sus mensajes cifrados que acabarían configurando un mensaje final, libre de moralejas salvo el consabido así estamos dejando que estén las cosas. Contaría igualmente con legiones de lectores pendientes de una cita anual de ligero toque folletinesco, donde cada hecho sería una muesca más de erosión en el devenir de los protagonistas. Multiplicaría sus ganancias, y las de sus editores, por 7 o por 10. Pero prefiere servir los dos platos y el postre en un solo libro magistral, y disponer de unos años libre de promociones para pensar su próximo paso. Si lo da, y hacia dónde.

11 comentaris:

  1. Brillant comentari d'aquest "Llibertat" de Jonathan Franzen. I sí, crec que la clau del llibre és aquesta esponjositat que té amb els personatges i el alt grau de realisme que els acompanya, tot i les seves peripècies d'alta volada. La manera com esprem l'assumpte del 11S i com desmunta l'ideal ecologista sense pixar fora de test, etc...
    En un llibre de gairebé 700 planes el risc d'errar, d'avorrir, de confondre o de passar-se de llest (em passa amb el "2666" de Bolaño, farcit d'errors, fruit de la precipitació) s'evidencia en les trames i en el seu desenvolupament. En aquest cas, Franzen actua com un cirurgià de primer nivell. Ni quant ataca el trauma del 11S, amb el que es podia haver estimbat. Res. Com un campió arriba fins la meta. Batent record.
    Doncs això
    Salutacions

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    1. Gràcies. Peró has de comprendre les circumstàncies en que es va publicar 2666. Cal perdonar les errades a canvi dels magnífics encerts.

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    2. Tengo el PDf vigilandome desde el correo, esperando ser abierto. Pero tranquilo, tengo otros compromisos aun. Pronto comienzo a estudiar y tocará hacer una distribución, un poquito mas profesional, del tiempo.
      Comunicación Social o Periodismo, en otros palabras, qué les parece? Demasiado cliché?

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    3. A qui no perdono és a l'editor Herralde. Quin voltor! 2666 és una pena de llibre, podria haver estat una gran obra però, de vegades, cal acceptar la sentència del destí. Que hi farem

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    4. Espero que tinguis millor opinió de Estrella distante !!

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  2. No sé porqué se me ocurrió que juanca debería ir con minúsculas...(17.04.12)

    Ahora si, a lo mío.

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    1. Por el momento voy a tener la deferencia de considerarlo aún una persona (aunque seguro que no es recíproco, él debe considerarme el súbdito número 37737493).
      Gracias Germán, recuerda lo de dormir ocho horas !!

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  3. Por qué apareció mi comentario entre las respuestas del primero? Brujería digo yo! Lo transcribo y si puedes eliminalo allá:
    Tengo el PDf vigilandome desde el correo, esperando ser abierto. Pero tranquilo, tengo otros compromisos aun. Pronto comienzo a estudiar y tocará hacer una distribución, un poquito mas profesional, del tiempo.
    Comunicación Social o Periodismo, en otros palabras, qué les parece? Demasiado cliché?

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    1. Periodismo, sí señor, qué cliché ni qué narices. Deberás leer a Kapuscinski, entonces !!

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  4. Dices en tu entrada: "Todo parece estarle pasando a gente que podemos cruzarnos por la escalera o en barrios en los que vivamos. O a conocidos directos. Todo es perfectamente creíble en nuestro extraño mundo de hoy" y yo me atrevo a añadir que en muchas ocasiones te sientes sospechosamente identificado. Hay pasajes que me han hecho abrir los ojos de forma desorbitada. Algo así como: ¡Si esto no se lo he contado a nadie! ¡Tiene que haberme visto!.
    Todavía me quedan unas pocas páginas que estoy racionando. Después, temo al vacío.
    Como el que estoy avistando ahora mismo por culpa del Chelsea. Quedan 30 minutos de infarto. Reality blog.

    6Q

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