divendres, 11 de febrer del 2011

CON DIEZ SEMANAS POR DELANTE

Es un poco difícil definirlo como problema, pero el disponer de una extensa, inabarcable colección de música, obtenida eso sí por diversidad de medios entre los cuales pesa últimamente el delito más detestable, y de casi todos los tipos que yo sea capaz de escuchar y comprender (está claro que habrá alguna maravilla pop en en el folklore de las Islas Caimán, pero me será difícil apreciarlo) me coloca en tesituras bastante chocantes. Se quejaron agriamente de la iniciativa que tomé en el tema de Egipto (pero llegaremos a un acuerdo, no ??), así que limito el comentario a una pura frase que me temo será repetitiva. Fotos sobre el tema, y la famosa acampada en esa plaza de la que algún día retendré el nombre (en cambio con Tiannamen no me costó, actitud ??), y sigo viendo barbas y velos, velos más iraníes que egipcios. Y pienso por las nimiedades ( nimiedades sembradas en caldos de cultivo, eso sí ) por las que se han entablado guerras, y digo, madre de dios, todos estos se organizan, y unas simples viñetas en una publicación escandinava sirven para asaltar embajadas y sacar tropas de los cuarteles.
Dónde estaba ? Claro, las subordinadas es lo que tienen, te llevan por puertas y caminos que debes marcar con piedras para volver por ellos. Yo me adelanté con Egipto, pero alguien se adelantó con Burt Bacharach. Técnicamente, me gusta más pensar en la fórmula Bacharach/David como dúo compositor. Y todas esas canciones sé que están oídas hasta la saciedad, versioneadas por montones de artistas que se aprovechan de la universalidad de sus melodías, de ese poso de sonar de algo que esa música ha dejado. Y esa misma sensación de deja vu es la que motiva que uno deba buscar momentos adecuados para ella. No lo son todos. Leí en algún lado, cuando mis hijos eran pequeños y pensaba que leer libros sobre niños me ayudaría por encima de la experiencia de convivir con ellos (craso error), que cómo abordamos los adultos las cosas es diferente y es fruto de un proceso de madurez.
Cuando eres niño te gusta ver una y otra vez la misma película pues te gusta conocer lo que vas a ver y llegar incluso a aprenderlo. La repetición te produce placer. De mayor, y no creo que ese proceso cambie de un día para otro, optas por degustar lo que te sorprende. Así que buscas en las segundas lecturas, o en las sucesivas escuchas o visionados, el detalle que te perdiste o te pasó por alto la primera vez. Siempre necesitas encontrar algo nuevo, ese es el estímulo que sacia el hambre. Ahora las canciones de Bacharach/David debo verlas ya más con el primer prisma que con el segundo. Sé que son perfectas, pero sé  detalle por detalle donde está su perfección. Walk on by, por ejemplo, en la versión de Dionne Warwick, es un ejemplo andante. Su arreglo de cuerda, que rodea las estrofas, ese ritmo sincopado entre una estrofa y otra, que fue fusilado por la ELO pasados unos años( y aún así el ritmo daba para que también la canción de la ELO fuera genial, y algún día hablaré de los cojones de la ELO al introducir el vocoder ). Pero hoy me ha sorprendido oír entre esas canciones una versión de los Walker Brothers... esa época en la que compraba discos como rosquillas... cuantos discos no se han llevado las escuchas que se merecían. Total, que me he dado cuenta que los Walker Brothers, en sus fases de grupo vocal perseguido por quinceañeras de la época ( ergo, sesentonas de hoy ) versionearon también temas de los genios. Y me ha dado por pensar que en un mundo como el de la música con tres o cuatro grados de la famosa teoría de los seis, ya sería suficiente. Y eso implica que muchos artistas pueden meter la zanca hasta el fondo cuando aceptan invitaciones de esas que últimamente se hacen cuando les da por colaborar entre ellos. De repente ves a Bebe en un proyecto ( convirtiendo en tango una canción de Alaska y Dinarama ) y, como le has cogido algo de cariño (cariño algo avergonzado pero debo tener un alter ego perroflauta ), miras a ver. Pero cuando ves a un esperpento como Rosario Flores ahí al lado (impagable que tamaña mediocridad se presente como inspiradora de un perfume, cuán bajo se puede llegar ), te dan ganas de salir corriendo.
Por cierto, tras este devaneo quasi-sesentero, informar a todo el mundo que pronto vuelvo al milenio actual.

Dionne Warwick llevando al cielo Walk on by de Bacharach/David

http://www.youtube.com/watch?v=AO073fekFfA

ELO apropiándose de ritmo, estructura, parones... pero igualmente geniales

http://www.youtube.com/watch?v=DkaT_Vo1IGk

Y Bebe que convierte disco-music en tango, y sale vencedora.

http://www.youtube.com/watch?v=c_ytx6_HGU0&feature=related

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