dimarts, 12 de juny del 2012

MONARCHY IN THE UK

Los ingleses sacan mil barcos al Támesis. Mil barcos deben costar su buen dinerito para sacarlos un día a pasear, se supone que convenientemente engalanados y tripulados. Bueno: sus mandatarios asumen ese, y otros enormes dispendios para celebrar alguna efemérides de esa reina que tienen. Jubileo, o algo así, le llaman. Tenían una reina madre, que es como lo de las abejas, pero en señoras vestidas de tonos pastel y con unas pamelas horrorosas, forradas de dinero, por otra parte. Pero creo que la reina madre ya fue llamada por el señor y ahora tienen a la reina, y al príncipe de las orejas grandes, a la Camilla, a los niños que se visten de nazis, y a sus letizias correspondientes. Todos a ser homenajeados en un acto que debe salir por un ojo de la cara. Pero les da igual: los ingleses están en su rinconcito de Europa, sin problemas con el euro ni con eventuales rescates. Y pasando la mano por la cara a los demás, desperdiciando en fastos de adoración unipersonal lo que a otros les iría muy bien: para no pagar recetas, para rescatar algún pequeño banco, para unos cuantos ordenadores escolares, para coches oficiales. Si en España ya hay hasta un rey que pide perdón: así de jodida está la cosa. Pero los ingleses pasan. Cómo será en jerga, eso de pasar en plan me la sopla. Quieren sacar la banderita y salir un rato a la calle, que igual ese día toca de los que no llueve. Enseñar esa bandera que casi todos adoran, como los americanos, porque han conseguido hacer de ella un icono, sin ponerle toros ni águilas ni coronas. Limpia, estética, y con los colores de Ralph Lauren y un diseño original. Ni los catalanes nos decidimos por una estelada en concreto: a mí me gusta más la que lleva la estrella blanca sobre fondo azul.
La sociedad inglesa es muy clasista, dicen. Están los patanes que van a los estadios, con tatuajes talegueros y barrigas prominentes, y que se pueden apreciar por hordas en Eivissa en pleno agosto. Bueno: ellos le llaman Ibiza, así, en castellano. Si les pones Eivissa en el cartelito del minibus que les lleva a los hoteles, ni se suben, asustados. Es lo que les dura la sobriedad: el acceso al minibus. Bien: esos ingleses que van a los hoteles playeros son la clase tirada de Inglaterra. Los guays son como la familia que adopta al monitor de tenis en Match point: remilgados, estéticos, hipócritas e inmensamente ricos en libras esterlinas. Con trajes algo estrechos y cortos, con ademanes refinados. Clase alta que ha entregado al mundo palabras que desprenden refinamiento y distinción: Ascot, Eton, Oxford, Valmoral, Buckinghamm, cottage. Bueno, también ha librado esas ridículas pelucas de los jueces. Lo que tiene que ser pasarse la vida estudiando leyes para acabar encasquetándose algo tan espantoso.
Buena parte de eso lo compensa la buena música que los ingleses han creado. Fruto de la alegría o fruto del sufrimiento. No todo son estúpidas canciones que, al traducirlas, dan vergüenza ajena (muchas de los Beatles: dios!): Ghost town, de los Specials, hablaba de la Tatcher cerrando bares. Imposible disociar Inglaterra de la cultura pop, del glam, del sonido Sheffield, de Madchester.
O el fútbol: aunque sepa que hay gente que lee esto y lo odia. Aunque muy posiblemente sea el opio del pueblo que muchos proclaman. Sí, nos hemos enganchado, muchos,  a ese opio y no hay manera. Excelente post de Casciari, ayer, por fin, hablando de Messi, hablando de Messi justo con la manera y el espíritu y la santa paciencia del que quería hablar hace tiempo y esperaba el momento.
O sea: les agradezco a los ingleses aportaciones clave al goce de mis sentidos, pero me jode ese chulesco alarde de superficialidad y absurda servidumbre. Ellos están bien allí, con su libra y su estabilidad y una anciana ricachona a la que veneran.
Con su pan se lo coman.


10 comentaris:

  1. William Shakespeare, John Milton, Charles Dickens, John Dowland, Thomas Morley, Isaac Newton, James Watt, Robert Boyle, Charles Darwin, the Angry Young Men, el Tom Jones de Tony Richardson, Tony Richardson (propiamente dicho), Lindsay Anderson, Ken Loach, Pink Floyd, The Beatles, y lamento (y lamentaré más aún cuando los recuerde, luego de este comentario) que mi memoria no me traiga más nombres en este momento, 15:27 (hora argentina) del 12 de junio de 2012.

    Dicen, además (no me consta personalmente), que son muy amables en la vía pública, y que basta pararse con cara de desconcierto en cualquier esquina de Londres, para que alguien se acerque a preguntar "May I help you?"

    Podría hablar un rato muuuy largo de política británica, y no elogiosamente, por cierto; sin embargo... por aquellos nombres, y por todos los que no recordé mientras los escribía, no me sale tenerles bronca. Pese a la negra historia de Malvinas que arrastramos desde 1833, y la infame masacre del Belgrano, de las que el pueblo inglés no es culpable.

    Después de todo, ¿cuántos argentinos y catalanes de mierda conocemos, Francesc?
    (No respondas.......)

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  2. Hola!
    Más o menos en términos generales coincido con Horacio. Agrego, The Clash, John Keats, Lewis Carroll, Guy Ritchie, Chesterton a mi manera cronodesprolija y heterodesconcertante. La clase media, amigos, la clase media mundial.
    Sin embargo, y luego de perder varias veces los nervios tras el mostrador, diría que junto con los sudamericanos, los ingleses son turistas muy educados. Por el contrario, franceses y rusos bastante maleducados.
    Los gustos, las costumbres y las formas a partir de cierta edad son responsabilidad del portador, más allá de la cultura imperante en su país de crianza.
    Me gusta muchísimo el fútbol, pero gritar deseando la muerte de alguien o imaginarlos sodomizados por llevar una camiseta de otro color me parece una estupidez.
    Respecto del artículo de Messi... Que se yo, Francesc, si te dan a elegir una vida para tu hijo ¿elegirías para él la vida de un hombre perro, que no puede pronunciar dos frases seguidas? Sin pensar en el dinero y prestando atención a la sed de literatura y mundos, y posibilidades y...

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  3. Me voy acordando:
    Charles Chaplin, Perry Anderson, Alec Guinness, Jimmy Page, Emma Thompson, Alfred Deller.

    Continuará.

    (Gracias, Germán, por tu aporte).
    (Tampoco querría, para mis hijos, la vida de Borges, o de Bioy Casares, de una tilinguería pegajosa. Pero me complace leerlos).

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    1. La aportación cultural inglesa no voy a discutirla jamás. Añado, a bote pronto, George Orwell, Aldous Huxley, Jarvis Cocker, los Radiohead, Ricky Gervais, los Monty Python, Roxy Music, David Bowie, Martin Amis, Nick Hornby, Danny Boyle.
      Pero es absurdo ese comportamiento social servil y casi feudal. Si Inglaterra liderase en lo político y en lo social como hizo en lo cultural, otra cosa sería.
      Capullos hay en todos lados, no hay quien se salve de unos cuantos compatriotas deleznables.
      Tendréis que aclararme qué es eso de la tilinguería. Porque hay cierto aspecto que no soporto y es el del intelectual confinado en su casa (o sea, en el sillón de su salón) sin asomar la nariz a la calle, viendo el mundo desde una ventana para emitir un veredicto.

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    2. Pues a eso, precisamente, me refería con lo de la tilinguería: el caso de los intelectuales cuyo único momento de no-confinamiento en su casa lo constituye aquel en que la abandonan para ir de presentación en vernissage, de recepción en cocktail, de agasajo en velada de gala, como miembros de una élite a la que le interesa un rábano emitir veredicto alguno, feliz de enrostrar al resto de los mortales sus privilegios (de talento, económicos, o ambos, o de cualquier otro orden). Me alegra que no lo soportes, aunque eso signifique un terreno menos para tu añorada polémica.

      No me perdono por haber olvidado incluir a Monty Python en mi primera lista, y también en la segunda.
      Y lamentaría mucho -de verdad- que mi intervención haya podido parecer, quizá, como una especie de regaño, del tipo de "pero cómo te permitís hablar así de los ingleses, mirá cuánto les debemos". No intenté eso, y pido disculpas si lo pareció.
      Sólo traté de explicar por qué me cuesta tanto lograr que me caigan mal...

      (Es que este medio, con lo maravilloso que es, es tan, pero tan limitado...)

      Abrazos.

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    3. Imposible que nada de lo que aquí se comenta me provoque el mínimo atisbo de ofensa o enfado. Imposible con las nueve letras. Ni menciones no lo suficientemente reverentes a Bolaño lo han conseguido, pues imaginad si es a mí, que estoy vivo y peleón. Ahora bien, Horacio, en lo que se refiere a iconos de la cultura contemporánea inglesa, creo que están de nuestro lado y en contra de ese estúpido rollo de reyes y coronas.
      Pues esa imagen del intelectual ensimismado es la que me ha mostrado el tal Galeano: por curiosidad, he visto un documental, y ahí està, en poses que provocarían que Pereira, u otros, se subieran por las paredes soltando espumarajos por la boca.

      Salut !!

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  4. Hay que admitir que Las venas... fue una muy buena introducción para muchos que ni sospechaban ese costado de la historia. Fue valioso, alguna vez.

    Ahora bien: hay quien dice que hoy chorea bastante...
    Y que cuando se lo contrata para charlas o presentaciones, hay que reservar dos habitaciones en el hotel que lo aloje: una para él, y otra para su ego...

    (Chorear = afanar, ¿ta?)

    Y la corona británica... habrá que esperar que termine de desmoronarse. Es la versión en inglés de Machado: "no es el fruto maduro ni podrido: es una fruta vana". Esperemos, entonces, junto a esos íconos.
    (Aunque sería bueno que alguien, al menos, contribuyera con un empujoncito, mientras tanto... Como pa'yudar, ¿no?)

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    1. Soy, de momento, ajeno al tema de Galeano, pues no he leído más que algunos fragmentos, y visto ese reportaje. Lo del ego parece ser bastante desproporcionado.
      Pues creo que estamos lejos del desmoronamiento de la corona británica, visto todo lo que han superado (o más que superado, ignorado). Voy a tener que centrar mis esfuerzos en derrocar a la española.

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  5. Dicen que los ingleses son tan educados y serviciales (lo son, lo he visto) porque quieren "enseñarle al mundo cómo deberían ser todos".
    Yo, personalmente, preferiría que identificaran a mi país con ese egocentrismo ilustrado, con esas bandas, actores y demás personajes que mencionan más arriba que con un pelotudo que corre atrás de una pelota. En fin, c´est la vie.

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    1. No te falta razón, Talita. Messi antes que Maradona, me arriesgo a opinar (pues soy consciente de la que me puede caer).

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