dissabte, 14 d’abril del 2012

POR QUÉ HACE FRÍO AQUÍ

¿Racionalidad y cerebralidad frente a emoción y sentimiento?. Hace un cierto número de horas que me lo planteo. Porque emoción y sentimiento pueden compararse a la pimienta de Cayena. Pásate en el pellizco y habrás de tirarlo todo a la basura. Y resulta que, de todas las cosas que me avergonzaría profundamente reconocer que  aspiro a ser, la que menor rubor me causaría (dios, estoy fusilando a Bolaño!) es una especie de Riszard Kapuscinski: un reportero que viaja y acompaña y mira, y luego explica, con una objetividad aplastante, lo que va viendo, pero que (como en el buen jamón al que lo que le da el gusto es la grasa entreverada) progresivamente, filtra su opinión sobre lo que es justo y lo que no de todo lo que ve. 
Perdón: todo esto último, en pasado; Kapuscinski ya murió. 
Pendiente está su biografía, en la que, por supuesto, odiaría leer testimonio tras testimonio de gente que le venera y le echa de menos. Eso no mitigaría pensar que no habrá más libros. No me preguntéis el motivo por el que odiaría eso. Pues es mejor reconocer defectos hasta entre los iconos más sagrados. Bolaño fumaba en exceso y Bob Marley veneraba a un tirano. Los humaniza y los acerca a nuestro status de mortales de a pie. Mortales que reparan en esa condición gradualmente, gracias a  esa traidora trampa que es la madurez, o de sopetón, cuando un tipo con una bata blanca al que visitaste por una tos o por una mala digestión gira el reloj de arena.

Así que la falta de emoción será en realidad una pantalla para esconder cierto miedo.

¿Quiere decir eso que el que escribe no tiene alegrías de relumbrón, ni penas de bandoneón?.

¡Pero si dije que me podía emocionar una línea de bajo!. El ritmo marcial y constante de Get the balance right de Depeche Mode: desnudo, firme, sin más aderezo que el sonido que lo quiebra, levemente a lo glockenspiel. La suave flauta que irrumpe cuando todo el mundo piensa que Radian de Air es un atorrante experimento fallido o de música para terror de serie Z o incluso para un reportaje sobre el día a día de la más aburrida abadía centroeuropea. O una frase de Bolaño: no las que jalonan los pasajes que aprenderíamos de memoria de sus inmensas novelas. No. Las que se hayan ocultas en rincones inexplorados, en las calas vírgenes de sus obras menores. 

Ocurre que, a pesar de que todos seamos muy valientes y tengamos muchas pelotas (a partir de ahora, igual menos) para decir desde internet que hay que rebelarse y salir a quemar todos los emblemas de los que nos reprimen, nadie está dispuesto a llorar delante de los demás. Ya lo hacen los reality-shows en la TV a diario. Llorar y discutir y usar bajezas para acumular gente babeante ante la pantalla. Pornografía emocional. Lógico preferir la pornografía real. Es puro deporte, pura exhibición.

Dice Lydia, en su blog, al que, parece, otros hacemos más caso que ella misma: "hasta al final del llanto más sublime uno acaba por sonarse". Lo digo de memoria, no sé si las palabras serán exactas, pero es eso. Público, no sé si tengo o no, pero no me sentiría cómodo en absoluto, mostrando emociones que no puedan ser compartidas. Y un beso de mi mujer (de esos que ponen la máquina en on), o una caricia de mi hija, o un pase particularmente intencionado de mi hijo, sólo me emocionarán, lógicamente, a mí. O el llanto por cualquier desgracia que pueda afectarme, por descontado. Y como después de ese llanto, sacaré el pañuelo y me sonaré los mocos, pues me lo ahorro, y paso por encima.
Pero emocionarse al unísono: por una frase, porque a todos nos gusten (o nos disgusten) películas o libros parecidos. O en negativo, porque pensemos qué o quién nos sobra y tiraríamos al cruel pozo de la indiferencia. Ese es el radiador que está en un extremo de la habitación. Ubicado inteligentemente bajo la ventana, evita que, al final, nos helemos. Porque helarse significa quedarse quieto.



20 comentaris:

  1. Respostes
    1. Qué parco en palabras, H!
      Cuando me serviste en bandeja este post, del que voy a olvidar la inmodestia para decir, me siento orgulloso, como declaración tardía de principios.
      Coño, H, joder, H (hasta en eso fusilo a Bolaño, pero a él no le importa)
      Si este post tuvo hasta dos títulos alternativos: Desde el diván, y Psicoanálisis: el lado del paciente.

      En fín, un honor. Aunque esa concisión me deja algo pensativo pues esa única palabra resuena un poco militar. Y madre mía, habrá cosas menos militares que este post, donde todos somos soldados, o de Salamina, o guerreros de terracota, u hormigas obreras, cuyo único trabajo sea acaso provocar un leve cosquilleo en algún lado.

      Gracias por leer y comentar.

      Elimina
    2. Estuve siempre -ahora lo veo- en una encerrona insoluble, fijate (y administrá vos las tildes, según elijas el español o el argentino): la alternativa para el comentario fue, simplemente "Ajá". Eso no habría sonado militar, seguramente... pero sí mucho más psicoanalítico. O psicoanalíStico. Y no, tampoco... ni lo uno ni lo otro, :D

      Volvemos al viejo tema: los agradecidos debemos ser nosotros, los visitantes. Tenemos una casa (virtual) a la que llegar (virtualmente), encontrarnos (virtualmente), tomar un café (virtual), y conversar. Con-ver-sar, y nada de paréntesis, aquí. Gracias a vos, entonces.

      Saludo, ¡uno!
      ¡Dos!
      ... y tenemos que dejar, lo vemos en la próxima.

      Elimina
  2. Churesio y equesed...

    Hay un genio suelto, por ahí, que trabaja en las sombras inventando captchas...

    ResponElimina
    Respostes
    1. Sobre los captchas recibí un esplendoroso link de Karina que me dejó alucinado porque, encima, era en el mismo evento donde Casciari presentó Orsai.
      Yo dije que haría un post basado en deconstruir captchas, y de hecho empecé a anotarlos en un ficherito txt.
      Pero se me juntan muchas promesas incumplidas en el blog, cuando hay una que no quiero, por poco que sea, quebrantar: publicar algo, al menos, seis días cada semana. El séptimo descansaré divinamente.
      Y ya que estamos: los periódicos de hoy hablan de una escalada de tensión por el asunto YPF... je. Será este, os lo juro, el rincón del planeta al que el asunto este se la sople (se la traiga floja) más absolutamente. Juramento ante 2666, que es lo más parecido que tengo a una biblia.

      Elimina
    2. este es el link: parece que haga mucho y no era tanto, me está dando mucho qué hacer el blog, qué gusto

      http://www.tedxriodelaplata.org/videos/utilizando-poder-millones-mentes-humanas

      sumamente revelador, y gracias a Karina por su asistencia que acaba en gol.

      Elimina
    3. ¿Es la misma Karina-editora, enamorada de dos inespecífic@s escritores/as brasileñ@s jóvenes?

      Elimina
    4. Supongo, aunque ignoro si el enamoramiento fue a más. Escritores y jóvenes y brasileños. Qué fácil lo tienen los jodíos.

      Elimina
    5. Sí... y lind@s, encima.

      Elimina
  3. Hay algo tácito escribo, mientras descorro la cortina y lo hago evidente. La emoción de la causalidad, de como un ejercicio más bien solitario que aclaro rápido es escribir, se transforma en una especie de charla aquí y allí. ¿En mi blog o en el tuyo? nos decimos sabiendo que nos encontraremos en tu casa, en la mía o en la plaza pública Orsai. Nos encontramos en las de otros. Me hace bien ver nombres como "Horoche", "¿Quien Pereira?", "Talita", "Shantito", "Joshua03" y tantos reunidos en una mesa común donde siempre hay nuevas mesas donde sentarnos todos juntos.
    Lo que no encontré en Barcelona en varios años de ser camarero y frustrado, lo encuentro aquí. Donde me encuentro con gente que le pica en el mismo lugar que a mi y sabe rascarse. Es un placer hacer click en tu blog y descubrir que sigues escribiendo para vos y para nosotros.
    No sé si me expresé bien y si tiene sentido lo que escribí, pero no quería irme a trabajar sin antes transcribir un captcha...
    ¿a ver que me toca hoy?...

    ResponElimina
    Respostes
    1. Ja, Germán!
      Soy nómade, no tengo blog...
      "Donde haya lumbre y vino tengo mi hogar".

      Abrazos patodos.

      Elimina
    2. Tengo que reconocer (mis disculpas Francesc) que no leí el post, sino que fui derecho a los comentarios porque estaban Horoche y Germán. Parece que hoy no tenía ganas de leer, nomás de cafecito y pucho.
      Abrazo!

      Elimina
    3. Hola a todos. De cómo un post justificando carencia de emotividad manifiesta se acaba convirtiendo en una cierta apelación emotiva. Sólo los vericuetos de la mente humana explicarían este efecto.
      Todo el día fuera, agotado por la energía combinada del fútbol base y el poderío adolescente.
      Germán: halagador lo que escribes. Esto es una taberna con dos mesas y con pocos licores (aún no he comprado Fernet Branca). Pero sin el enorme bar Orsai, esquinero y desopilante, no hubiera empezado. Espero poner una tercera mesa algún día, pero no pienso pedir permiso ni a Hacienda ni al Ayuntamiento.
      Horoche : algunos de tus comentarios ya constituirían un blog por sí mismos. Si que lo tienes y es éste. Hombre !.
      Talita : no como con vosotros pero bajo a tomar café. Pues vale; llegas cuando a todos ya nos ha afectado el vino, que tomamos más de la cuenta. Y los codos a alguno ya no le sostienen en la mesa. Alguien tiene que conducir de vuelta a casa.

      Elimina
  4. Francesc, se sabe que las cosas preciosas y frágiles necesitan un tratamiento especial.
    Todo es relativo, hasta la frase en sí misma. Qué sentimiento es el que podemos llamar propio y pensar que otro no lo sentira? La habilidad para escribir y describir es la que genera la chispa adecuada (te agradan los Héroes del Silencio? supongo que no, je.) que cala en célula sensible del lector. Las reacciones que provoquemos dependerán ya de cada ser.
    El esfuerzo por sentirnos todos distintos (sin esfuerzo, ya lo somos) cuando eso nos vuelve mas parecidos.
    Pero ese esfuerzo, la ansiedad, es el impulso que lleva a encontrar.
    No hay que estar quieto.
    Tu y muchos otros que no he visto pero leo, no tienen las palabras quietas, conversación eterna, monólogo al que estamos invitados.
    Escribo porque quiero. No encuentro explicación mejor para el sentimiento ni para el hecho racional y lógico de que me esfuerce en hallar la escritura exacta, el tono genial que me complazca.
    Estamos los que queremos estar.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Los Héroes del Silencio. El problema es que Bunbury se toma muy en serio a sí mismo. Lleva años intentando enmendar ese exceso de épico que le valió no enemigos, sino gente que lo ridiculizaba, que es peor.
      Sí estamos los que queremos estar, pero aún me hace falta más gente. Gente que disienta y se cague en todo, en concreto.

      Elimina
    2. Lo que entiendo de lo que dices, es que falta discusión. Menos gente a la que le guste lo que dices o decimos, que lleve la contraria. Mucha cordialidad y poco cambio. Eso? Sí, puede ser. Pero mira que tienes la posibilidad de putear, corregir o contradecir en blogs amigos donde eres bienvenido. Por ejemplo, te invito (cordialmente) a cagarte en mis párrafos, jé. A ver que sale.

      Elimina
    3. Más que discusión : más gente aún, para más diversidad de opiniones o simplemente referencias nuevas, que a veces estamos hablando siempre de los mismos iconos.
      Bueno, si es una invitación a que pase por tu blog de nuevo (ya leí tu último post), la tomo con gusto.

      Elimina
  5. Nuevamente llego tarde, la puta madre! Perdón por el exabrupto, pero es que se había puesto tan linda la cosa...

    ResponElimina
    Respostes
    1. Tarde aquí no se llega, yo no cierro los comentarios como el sobrado de Casciari. Así que suelta lo que sea, Quién, y serás atendido amablemente.

      Elimina

Segueix a @francescbon