dijous, 14 de juliol del 2011

ORDEN, TRABAJO Y DISCIPLINA

Bién, hará falta un cierto tiempo para poder arreglar tanta incontinencia como me ha dado estos días, en un comportamiento errático y obsesivo por el que me ha dado por considerar que no podía, ni mucho menos, faltar a mi cita conmigo mismo.
Onanismo literario, del que no sé cómo uno puede liberarse. El primer paso debería ser desearlo, así que jodido lo tenemos.

En todo caso, a medida que vaya poniendo orden (traducciones, cursivas, corrección ortográfica) en el desastre, dejadme que os presente el repóker que, a modo de desquite (tres días leyendo sólo prensa son muchos) me propongo finiquitar en el más breve plazo posible.




Reto de cojones, lo sé, porque además, la música ha vuelto a mi vida, ha vuelto de ese exilio forzado que sufrió, por su bién, gracias a la selección de John Self, al modo aleatorio del CD del coche, a las bandas sonoras de Tarantino, a la obsesión de mi hija por declamar diálogos originales en inglés de Kill Bill I y II. Obsesiones hereditarias que tienen manifestaciones sorprendentes : tapetear, con los dedos, al unísono, la coda de conga (creo) de ciertas extrañas canciones.


Entonces debo encarar las primeras curvas de esas fascinantes carreteras, las de lecturas que llevan a valles y montañas y desfiladeros, bordeando precipicios al final de los cuales hay mares repletos de casualidades.

Hace unos años, los suficientes para que no tema a Hacienda, disfrutaba de un provechoso trabajo extra en mis horas libres: contable en una sauna gay. Podría contaros las experiencias, cuyo subtítulo provisional sería algo así como lo duro que es ser hetero entre gays pero no viene al caso. Al lado de la oficina había un quiosco que nos suministraba prensa. Su propietario y yo hicimos ciertas migas pues yo compraba a veces el RockDeLux allí. La música da para conversaciones eternas, que se lo digan al amigo Mix, y a otros. El trabajo pasó a mejor vida, pero fui encontrándome esporádicamente al propietario, que vive en mi barrio ( o yo vivo en el suyo). Casualmente coincidimos un par de veces en el parque con nuestros hijos varones, y con una pelota de fútbol de por medio. La última vez hará unos tres años. En todo ese tiempo, cosas que tenemos las personas, no nos preguntamos mutuamente nuestros nombres.
Cuando hoy he entrado en Cercles (Bailén 201 cerca del cinemes Lauren de, lógicamente, Bailén), librería de antiguo recomendada ávidamente por John Self como paño de lágrimas para paliar mi desespero, y, a partir de hoy, por mí mismo, y, en presencia de un cliente que ha resultado, encima, ser un popular presentador del canal de deportes autonómico, al verlo, lo único que he podido decirle, ha sido, no em fotis que tu ets el Gustau !!. Lo era, y a continuación, está claro que hemos mencionado la palabra pañuelo, esta vez sin lágrimas, y, a la Bolaño, la palabra música ha surgido, y la palabra Tuli, era obvio, y hemos hablado de Ford, y no eran coches, y de McCarthy, y no había caza de brujas, y de Capote, y no sé si a él le gustan los toros, pero a mí, ni un pelo.

2 comentaris:

  1. Insisto. A sangre fria.

    6Q

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  2. El título del post tuvo una segunda versión que seguro recuerdas: ...y silencio.
    ¡Es que me quemáis la sangre!...fria.

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