dimarts, 7 de setembre del 2010

HASTA EL FORRO

Sin ambigüedades ... de forrar libros !! Soy un auténtico experto y ahora es peak-season con lo cual reto a cualquiera a mejorarme. Rápido, seguro y sin esas empipadoras burbujas.
Vaya, algo le pasaba a la "y" del teclado, pero lo he arreglado.
Allá por julio me quedé a medias hablando sobre una sesión de Goldfrapp, no recuerdo el día exacto que empecé a escribir ( porque retrospectivamente hablando, aquí llevo más escrito que en ningún otro lugar en mi vida y, ya tiendo a sentirme orgulloso de alguna entrada), pero dije que retomaría el tema. Hace unos 3 años y medio conseguí mi primer Ipod, un shuffle de 1 gb, que entonces puede que me pareciese mucho. Me costó horrores descargar esa sesión, que, insisto, hoy es inencontrable, aunque la había encontrado por pura casualidad. Alison Goldfrapp tiene una portentosa voz, con cierto recuerdo a la de la Shirley Bassey más canalla, pero sin propensiones pedantes al sobrelucimiento . - Inciso : detesto a las cantantes que, conscientes de tener buena voz se lanzan al gorgorito gratuito ( rima y todo ). Técnica no es igual a talento. -A pesar de estas dotes, en esta sesión no figura ni un solo segundo de música que ella, o el dúo que lidera ( empiezo a odiar el verbo liderar ) hayan grabado. La sesión la dedica enterita a poner música que le ha influido o le parece emocionante. Vaya si lo consigue. Puede que yo hubiese optado por empezar la sesión con algo diferente a Alice Coltrane y su arpa. Reconozco que es difícil engancharse con una entrada tan poco convencional, pero los esfuerzos se ven recompensados. Empieza el festival francés con Serge Gainsbourg , que da paso a Aftermath de Tricky, espectacular tema que ya es el preludio del apoteósico cuerpo central de la sesión. Nuevamente, llegado a este punto, me viene a la cabeza que puede que escribir sobre música sea como cantar sobre fútbol. Imposible transmitirlo todo.
Los 25 minutos que van de How can I be sure de David Cassidy a Rosemary's baby Lullaby, cantada ( mejor decir susurrada ) por Mia Farrow son, aún, la selección más emocionante de música que servidor ha oído. Particularmente la transición de Is that all there is de Peggy Lee, a la curiosa nana que Mia Farrow cantaba a su bebé en Rosemary's baby ( título bien traducido aquí : La semilla del diablo, toma ya !!), y el crescendo de cuerdas ( hábilmente sobre-ecualizada, pone la piel de gallina ) todavía me hace estremecer. Para que nos aclaremos : si voy en el coche, aparco, y ese par de canciones están a medias, paro el motor, dejo que acabe, y entonces me bajo.
Mañana miércoles, y aún trabajando, un plan atractivo. Bona nit.

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